La Avenida del Libertador, en el norte de la Ciudad de Buenos Aires, atraviesa una transformación profunda que la posiciona como el nuevo epicentro corporativo de la capital. En el tramo comprendido entre La Pampa y General Paz, la proliferación de edificios de oficinas y espacios de coworking ha cambiado radicalmente la dinámica urbana, atrayendo a empresas de diversos rubros y generando un notable auge comercial y gastronómico.

Según especialistas del sector inmobiliario, la construcción de edificios corporativos en la zona es un fenómeno consolidado. "Vacancia hay, pero mucho menos que en otras zonas como el microcentro. Muchas empresas compran los pisos antes de que se terminen de construir", explicó Sofía D’Odorico, integrante de la Cámara Inmobiliaria Argentina. Los precios, más altos que en el microcentro, se justifican por la modernidad y las comodidades de las nuevas oficinas, adaptadas a los modos de trabajo actuales.

El movimiento laboral ha impulsado la apertura de cafés, bares y comercios, que ahora encuentran un público estable. "La disminución de la vacancia de oficinas desde el fin de la pandemia impulsó el trabajo de este tipo de negocios", señaló Aníbal Rodríguez, encargado de un café local. Comerciantes como Marcelo, dueño de un kiosco, afirman que el flujo de empleados duplicó el movimiento en horarios pico, aunque reconocen que la zona "ya no es el barrio que era".

Sin embargo, el crecimiento no es visto de forma homogénea. Vecinos de larga data denuncian vibraciones y daños en sus viviendas debido a las obras, así como la pérdida de la identidad barrial. "No estoy en contra del desarrollo, pero esto ya es demasiado. No es justo que los vecinos paguemos las consecuencias", expresó Alicia, residente de la zona.

El corredor corporativo se extiende hacia Vicente López y Olivos, consolidando un eje premium que, según agentes inmobiliarios, funciona como una "ciudad de 15 minutos" donde vivir y trabajar se realiza a distancias mínimas. El futuro Parque de la Innovación, en los terrenos del ex Tiro Federal, sumará más oficinas, viviendas y universidades, incrementando aún más el movimiento en la zona.

La transformación de la Avenida del Libertador refleja las nuevas tendencias urbanas y laborales, pero también plantea desafíos en términos de convivencia y preservación del tejido social. El debate sobre el desarrollo y la identidad barrial sigue abierto, mientras el norte porteño se consolida como el nuevo corazón corporativo de la ciudad.