Un incendio de grandes proporciones destruyó entre 20 y 30 cabañas en el camping Shangri-La, conocido como ex YPF, ubicado en El Carrizal, departamento de Luján de Cuyo, Mendoza. El siniestro se desató la noche del jueves 30 de octubre y movilizó a varias dotaciones de bomberos, quienes trabajaron durante más de tres horas para controlar las llamas que avanzaban rápidamente debido a la estructura de madera y la presencia de materiales inflamables.

Según relataron testigos y propietarios, el fuego comenzó cerca de las 20 y se propagó con gran velocidad, generando explosiones atribuidas a garrafas y bidones de combustible almacenados en las cabañas y en motores de lanchas. "Era una hilera de 20 parcelas con 20 cabañas y las 20 se prendieron fuego. No quedó nada", lamentó uno de los dueños, mientras que los vecinos intentaron colaborar utilizando bombas de agua y matafuegos, aunque el esfuerzo resultó insuficiente ante la magnitud del incendio.

Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos, ya que las cabañas estaban vacías al momento del siniestro. Las pérdidas materiales, sin embargo, fueron totales, y los propietarios deberán comenzar de nuevo. "Perdimos todo, todo lo que construimos en más de 30 años", expresó una mujer entre lágrimas, reflejando el impacto emocional del desastre.

Durante la madrugada, bomberos y peritos continuaron trabajando en el lugar para enfriar la zona y evitar nuevos focos, mientras la investigación judicial avanza para determinar las causas del incendio. El club permanecerá cerrado al menos dos semanas para la remoción de restos y la realización de pericias, y las autoridades recomendaron no ingresar al predio ante el riesgo de derrumbes por la alerta de viento.

Este evento recuerda un siniestro similar ocurrido hace ocho años en el mismo camping, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de estas instalaciones ante incendios. El Carrizal, una zona turística de Mendoza, enfrenta ahora el desafío de recuperarse de este duro golpe, mientras los propietarios y la comunidad destacan que, pese a las pérdidas, lo más importante fue que no hubo que lamentar víctimas.