Un ejemplar de zifio, uno de los cetáceos más raros y menos estudiados del mundo, apareció varado en las playas de San Clemente del Tuyú, provincia de Buenos Aires. El hallazgo, ocurrido el martes 16 de diciembre por la tarde, activó un operativo de rescate nocturno encabezado por la Fundación Mundo Marino, con la colaboración de la Universidad Nacional de La Plata.

El animal, un macho juvenil de 4,32 metros de largo y aproximadamente una tonelada de peso, fue encontrado en la orilla mostrando signos de desorientación y un patrón de natación circular, indicativo de un grave cuadro de salud. El equipo de rescate, que debió dividirse entre la playa y el centro de rescate para coordinar las maniobras y el equipamiento, trabajó durante horas bajo condiciones de baja visibilidad y fuertes mareas para intentar reintroducir al zifio en el mar.

A pesar de los esfuerzos, el animal regresaba sistemáticamente a la costa tras superar la rompiente, lo que llevó a los especialistas a prever un desenlace desfavorable. Las tareas se suspendieron cerca de las 21:00 por la falta de luz y la peligrosidad del entorno. Al día siguiente, durante una recorrida de monitoreo, el zifio fue hallado sin vida en la misma zona.

El cuerpo fue trasladado al Centro de Rescate y posteriormente a laboratorios de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata, donde los estudios preliminares revelaron que el cetáceo padecía neumonía y una alta carga parasitaria gastrointestinal, condiciones que habrían provocado el varamiento y posterior fallecimiento.

Los zifios, pertenecientes a la familia Ziphiidae, son animales de mar abierto que rara vez se acercan a la costa y pasan la mayor parte de su vida en aguas profundas, lo que dificulta su estudio. Desde 1987, la Fundación Mundo Marino solo ha registrado cuatro casos de varamientos de zifios vivos en Argentina, la mayoría en el sur del país.

Sergio Rodríguez Heredia, responsable del Centro de Rescate, destacó: "Es una pena que el animal no haya logrado sobrevivir, pero estamos conformes con el trabajo realizado durante toda la noche anterior. Cada individuo importa, y el hecho de intentar o no puede marcar la diferencia para que un animal tenga una segunda oportunidad". El evento, aunque trágico, representa una oportunidad única para la ciencia, ya que permitirá avanzar en el conocimiento de una de las especies más enigmáticas del océano.