El hallazgo del cuerpo sin vida de Tomás Julián Dobra de la Canal, un joven de 32 años desaparecido durante más de dos semanas, ha generado conmoción en la localidad de General Roca, Río Negro. El cuerpo fue encontrado el pasado miércoles en una zona de bardas al norte de la ciudad, tras un aviso de una mujer que divisó el cadáver a unos 120 metros de la Defensa Catini. Según las autoridades, el cuerpo presentaba signos de criminalidad y estaba en avanzado estado de descomposición, lo que dificultó su identificación inicial.

La víctima, profesor de Educación Física y egresado de la Universidad Nacional del Comahue, había sido reportada como desaparecida el 16 de abril. Ese día, salió de su domicilio en un Suzuki Fun rojo, vehículo que fue hallado calcinado en un basural cercano al Parque Industrial 2, al norte de General Roca. El auto, sin patente y completamente quemado, fue encontrado por personas que transitaban por la zona y dieron aviso a la policía. Las pericias en el lugar buscan obtener pistas que permitan esclarecer el crimen.

La Fiscalía, a cargo de la investigación, ha confirmado indicios de criminalidad y mantiene un fuerte hermetismo sobre los avances del caso. Entre las pruebas recolectadas se encuentra el celular de la víctima, que será sometido a pericias en los próximos días. La autopsia preliminar será clave para determinar la causa de muerte y el tiempo transcurrido desde el deceso.

El caso ha generado un fuerte impacto en la comunidad local y en la Universidad Nacional del Comahue, donde trabajaban los padres de Tomás. La institución emitió un comunicado expresando su pesar y solidaridad con la familia. "Expresamos nuestro más sentido pésame a sus padres, extensivo a toda su familia y amistades, acompañándolos en este momento de inmenso dolor", señalaron. Mensajes similares fueron emitidos por la Asociación del Personal Nodocente de la universidad.

El padre de la víctima también expresó su dolor a través de redes sociales, calificando el hecho como un asesinato y describiendo el impacto devastador en su vida. "Asesinaron a mi único y queridísimo hijo... Se me rompió el alma, el corazón y la vida. No hay peor pena ni dolor, lloraré toda mi vida", escribió.

El crimen ha puesto en el centro del debate la seguridad en la región y la eficacia de las investigaciones judiciales. La sociedad exige justicia y respuestas rápidas para esclarecer el caso y llevar a los responsables ante la justicia. Mientras tanto, la comunidad de General Roca se prepara para despedir a Tomás en un sepelio que tendrá lugar este sábado en la ciudad.