El doble homicidio de Paloma Gallardo, de 16 años, y Josué Salvatierra, de 14, ocurrido en un descampado de Florencio Varela, ha conmocionado a la comunidad y generado un intenso debate sobre las posibles motivaciones detrás del crimen. Según el abogado de la familia Gallardo, Aníbal Osorio, el caso podría tratarse de un "crimen de odio" debido al ensañamiento observado, especialmente hacia Paloma, quien sufrió más agresiones.

Los adolescentes desaparecieron el 27 de enero mientras se dirigían al gimnasio y sus cuerpos fueron hallados dos días después. La autopsia reveló que ambos murieron por traumatismos encefalocraneales graves, con fracturas de cráneo. Osorio descartó que el móvil principal fuera el robo y señaló que el lugar del crimen, un descampado aislado y sin cámaras de seguridad, complica la obtención de pruebas.

La investigación, ahora liderada por el fiscal Darío Provisionato, ha corregido falencias iniciales y se centra en pruebas químicas y de ADN para identificar a los responsables, estimados en al menos dos personas. Osorio anticipó que en los próximos dos meses podrían lograrse detenciones significativas.

El abogado también descartó la hipótesis de que el crimen esté vinculado al narcomenudeo, señalando que en la zona no se encontraron pruebas de venta de drogas, aunque sí de consumo. Además, la familia de Paloma ha cuestionado la autopsia inicial y solicitado una nueva investigación, incluyendo la posibilidad de abuso sexual.

Vecinos y familiares han exigido justicia y mayor celeridad en la resolución del caso. Las autoridades locales han prometido acompañar el reclamo, mientras que la Fiscalía trabaja en consolidar pruebas para avanzar en la causa. Este caso, que ha generado preocupación en la comunidad, pone de relieve la necesidad de abordar la inseguridad y la violencia en la región.