Un grave episodio de violencia familiar conmocionó a la ciudad de La Plata el pasado 16 de agosto, cuando un joven de 19 años apuñaló a su suegro tras una discusión doméstica. El hecho ocurrió en una vivienda de Barrio Norte, ubicada en la calle 36 entre 10 y 11, donde el agresor convivía con su pareja adolescente y el padre de esta.

Según fuentes policiales y judiciales, el conflicto se desató cuando la víctima, Guillermo Esnarriaga, regresó de trabajar y cuestionó a los jóvenes por no haber preparado la comida y estar jugando videojuegos. Minutos después, Lautaro Armando Blanco atacó a Esnarriaga mientras descansaba en su habitación, asestándole varias puñaladas con un cuchillo de grandes dimensiones. Las heridas comprometieron órganos vitales, incluyendo el colon y el intestino, y provocaron un neumotórax traumático que requirió intervención quirúrgica y la colocación de un tubo de avenamiento pleural.

El herido fue trasladado de urgencia al Hospital San Martín, donde los médicos lograron estabilizarlo tras una compleja cirugía. Su estado sigue siendo delicado y permanece bajo observación médica. La esposa de la víctima exigió que el atacante permanezca bajo custodia judicial, calificando el hecho como "tentativa de homicidio".

El agresor fue detenido por efectivos de la comisaría Segunda y quedó a disposición de la Justicia. La causa está a cargo del fiscal Juan Mennucci, titular de la UFI Nº 16, con intervención del juez Pablo Raele. Por el momento, Blanco no accedió a ningún beneficio de morigeración de la detención.

Este episodio se suma a otros casos recientes de violencia intrafamiliar en la región, lo que genera preocupación en la comunidad y pone en foco la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y protección de las víctimas. La investigación continúa mientras se monitorea la evolución clínica del herido y se analizan las pruebas recabadas en el domicilio.

La justicia local mantiene el seguimiento del caso, priorizando la seguridad de la víctima y el esclarecimiento de los hechos. El entorno familiar permanece conmocionado, mientras la sociedad platense observa con atención el desarrollo de la causa y sus implicancias futuras.