El domingo 7 de diciembre, un evento de danza en el teatro Gran Rivadavia, en el barrio porteño de Floresta, fue suspendido y el establecimiento clausurado tras graves incidentes provocados por la sobreventa de entradas y las altas temperaturas. Según fuentes oficiales, la cantidad de asistentes superó ampliamente la capacidad habilitada: mientras el teatro tenía permiso para albergar entre 300 y 400 personas, se estima que había alrededor de 700 presentes.

La situación se tornó crítica cerca de las 14:30, cuando varios adolescentes comenzaron a sufrir mareos y baja presión debido al calor y la falta de ventilación. Una ambulancia privada contratada por los organizadores atendió inicialmente a 11 personas, pero el número de afectados creció rápidamente. El titular del SAME, Alberto Crescenti, explicó: "Empezaron a atender gente. Se vieron desbordados y llamaron al 107. Acudimos con varias ambulancias, con equipos de triage y me comuniqué con autoridades del 911 y tomamos la decisión de evacuar el lugar para evitar males mayores".

En total, al menos 20 personas fueron asistidas, incluidos varios menores de edad, y dos adolescentes debieron ser trasladadas a hospitales cercanos. "No tenía lógica continuar. Había mucha cantidad de gente, más de la capacidad determinada. Di la orden a mi equipo de que evacúe. Se hizo rápido y pedimos apoyo de la Policía de la Ciudad ya que no queremos lamentar ningún tema mayor", agregó Crescenti.

El evento, la "Megafinal" del Torneo Fed para escuelas de baile, ofrecía premios de hasta 23 millones de pesos y convocaba a participantes de todo el país. Tras la evacuación, decenas de jóvenes protestaron en la puerta del teatro, exigiendo la devolución del dinero de las entradas. "¡Devuelvan la plata!", reclamaban con megáfonos, aún vestidos con sus ropas de bailarinas.

El Gobierno de la Ciudad procedió a clausurar el teatro y se iniciaron actuaciones administrativas para investigar lo sucedido y determinar responsabilidades. El Gran Rivadavia, inaugurado en 1949 y declarado Sitio de Interés Cultural en 2011, es un espacio emblemático de la cultura porteña, recientemente restaurado y reabierto en 2015.

La combinación de sobrecupo, falta de ventilación y ola de calor generó un riesgo sanitario que obligó a la suspensión del espectáculo y puso en evidencia la necesidad de controles más estrictos en eventos masivos. Las autoridades priorizaron la seguridad de los asistentes, mientras los organizadores y familiares expresaron su preocupación por lo ocurrido. El caso podría derivar en sanciones y nuevas regulaciones para la organización de espectáculos en la ciudad.