El icónico penthouse del piso 14 del Edificio Kavanagh, uno de los departamentos más emblemáticos de Buenos Aires, ha salido nuevamente al mercado inmobiliario. La propiedad, que ocupa la totalidad del piso superior del histórico edificio frente a Plaza San Martín, se ofrece actualmente por USD 2.600.000, una cifra considerablemente menor a los USD 7,9 millones que se pedían en 2007. Esta reducción del 68% en su valor refleja los cambios en el mercado de propiedades de alto valor patrimonial en la ciudad.

El departamento, conocido por haber sido reservado originalmente para Corina Kavanagh, cuenta con 475 metros cuadrados cubiertos y casi 300 metros cuadrados de terrazas, ofreciendo vistas panorámicas de 360 grados sobre la ciudad, el Río de la Plata y el barrio de Retiro. Dispone de cinco dormitorios en suite, amplios salones, cocina moderna y dependencias de servicio, además de tres terrazas principales y acceso privado mediante ascensor.

A pesar de haber sido remodelado en la década del 2000, la unidad conserva elementos originales de la construcción, como baños de mármol, griferías y columnas jónicas, detalles que refuerzan su valor patrimonial. El edificio Kavanagh, construido entre 1934 y 1936, fue pionero en el uso de hormigón armado y en la incorporación de tecnologías avanzadas para la época, como el aire acondicionado central y ascensores de alta velocidad. Su diseño Art Decó y su estructura escalonada lo han convertido en un referente de la arquitectura moderna, reconocido como Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad por la Unesco.

El interés por la propiedad proviene tanto de compradores nacionales como internacionales, incluyendo empresarios y figuras del espectáculo, atraídos por su ubicación estratégica y su historia. El edificio ofrece servicios de seguridad las 24 horas, ascensoristas y mantenimiento general, lo que implica expensas mensuales elevadas pero garantiza un estándar de vida poco común en la ciudad.

Aunque la leyenda urbana sostiene que Corina Kavanagh mandó construir el edificio para bloquear la vista del palacio Anchorena, expertos coinciden en que no existen pruebas documentales de este mito. Lo cierto es que la empresaria nunca llegó a habitar el penthouse que había reservado para sí misma. Hoy, la venta de esta unidad representa una oportunidad única para quienes valoran el patrimonio arquitectónico y la historia de Buenos Aires, en un contexto de mercado que ha visto una significativa caída de precios en los últimos años.