De basura a combustible: el invento de un argentino que transforma la yerba usada en un recurso valioso
🔬 Científicos argentinos convierten residuos de yerba mate en bioaceite renovable. • Innovación para reducir basura y reemplazar derivados del petróleo. • Potencial industrial y ambiental. #Ciencia #Sustentabilidad



Científicos argentinos han logrado transformar los residuos de yerba mate, uno de los desechos orgánicos más abundantes en el país, en un bioaceite de alto valor comercial e industrial. El proyecto, liderado por Martín Palazzolo, investigador del CONICET en el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza, y realizado en colaboración con la Universidad de Groningen de Países Bajos, apunta a reducir el impacto ambiental y ofrecer alternativas renovables a productos derivados del petróleo.
Cada año, en Argentina se generan más de 220 mil toneladas de residuos de yerba mate, una cifra que representa tanto un desafío ambiental como una oportunidad para la innovación. El equipo científico diseñó y construyó un reactor experimental de bajo costo, capaz de procesar la yerba usada mediante pirólisis rápida a 550 grados Celsius. Este proceso térmico, realizado en ausencia de oxígeno, descompone la biomasa y produce tres fracciones principales: biochar (residuo sólido), una mezcla de gases y un líquido conocido como bioaceite.
El bioaceite obtenido es especialmente rico en compuestos aromáticos, como los metoxifenoles derivados de la lignina, que pueden emplearse en las industrias química, farmacéutica y alimenticia. Además, el bioaceite puede servir como materia prima para la fabricación de plásticos, resinas, aromas y combustibles renovables, lo que abre nuevas posibilidades para la industria yerbatera y la transición energética.
El proceso incluye etapas de optimización, como el uso de óxido de cobre (II) como catalizador y la extracción con solventes renovables para concentrar las moléculas de interés. Los subproductos generados, como el biochar y los gases, también tienen aplicaciones concretas: el primero puede utilizarse para mejorar suelos agrícolas y el segundo como combustible.
Antes de la pirólisis, la yerba mate usada es tratada para separar extractos con cafeína y minerales, compuestos que también poseen potencial comercial. El enfoque integral del modelo propuesto permite aprovechar al máximo la materia prima y reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos.
Martín Palazzolo subrayó la importancia del avance: “Tomamos algo que consideramos basura y lo convertimos en productos valiosos. Si se organiza la recolección y se aplica la técnica, se pueden generar productos útiles y reducir residuos. Científicamente es viable, logísticamente es posible y ambientalmente tiene todo el sentido”.
El estudio, publicado en la revista Waste Management, representa un paso significativo hacia la economía circular y la sostenibilidad en Argentina, con potencial de replicarse en otras regiones donde el consumo de yerba mate es elevado. El desarrollo científico demuestra cómo la innovación puede transformar un desecho cotidiano en insumos valiosos para diversas industrias, contribuyendo a la transición energética y a la reducción del impacto ambiental.
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