Un violento asalto tuvo lugar el pasado viernes por la tarde en la localidad de Pocito, provincia de San Juan, cuando seis personas, al menos tres de ellas vestidas con camperas azules con las siglas de la Policía Federal Argentina (PFA), irrumpieron armadas en una vivienda particular. Según informaron fuentes policiales y judiciales, los delincuentes redujeron y golpearon brutalmente al propietario, un hombre de 31 años, para luego sustraerle $150.000 en efectivo.

El hecho ocurrió alrededor de las 15:30 en una casa ubicada sobre calle David Chávez, entre Sarmiento y Rivadavia. La víctima relató que los asaltantes portaban armas tipo revólver y que, tras el ataque, huyeron rápidamente en un automóvil verde, cuyo modelo aún no ha sido identificado. Minutos después, personal de emergencias asistió al damnificado, quien fue trasladado al Hospital Cantoni para recibir atención médica por las lesiones sufridas.

La investigación quedó a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Propiedad, bajo la supervisión del ayudante fiscal Martín Morando. Como parte de las diligencias, se ordenó el relevamiento de cámaras de seguridad en un radio de 500 metros, tanto públicas como privadas, y la convocatoria de personal de Criminalística para tareas de documentación y análisis de la escena.

En paralelo, la policía halló en un descampado cercano un motor de aire acondicionado que podría estar vinculado al caso, aunque esta línea de investigación aún se encuentra en etapa de verificación. Las autoridades no descartan que los uniformes con siglas de la PFA hayan sido utilizados como parte de una estrategia de engaño para facilitar el acceso a la vivienda y confundir a la víctima.

Hasta el momento no se han producido detenciones, y la policía continúa trabajando en la identificación del vehículo utilizado y la individualización de los sospechosos. El caso ha generado preocupación entre los vecinos de Pocito, quienes manifestaron inquietud por el nivel de violencia y el uso de indumentaria policial falsa en hechos delictivos. Las autoridades instan a la comunidad a colaborar con cualquier información que pueda contribuir al esclarecimiento del hecho, mientras la investigación sigue su curso y no se descarta ninguna hipótesis.