En los últimos días, salieron a la luz detalles sobre la vivienda en la que Wanda Nara pasó su infancia junto a su hermana Zaira y sus padres, Andrés Nara y Nora Colosimo, en la localidad de Boulogne, partido de San Isidro. Según revelaron fuentes periodísticas y testimonios de expropietarios, la familia habría ocupado la casa durante nueve años sin abonar alquiler, lo que derivó en un prolongado conflicto judicial.

La propiedad, de fachada roja y portón negro, fue inicialmente subalquilada a los padres de Wanda por conocidos de la familia, con la intención de ofrecerles un lugar donde las niñas pudieran vivir. Sin embargo, los dueños originales denunciaron que, tras el acuerdo inicial, la familia Nara permaneció en el inmueble sin realizar pagos y se negó a retirarse, impidiendo el acceso a los propietarios legítimos.

El conflicto se agravó cuando Wanda Nara comenzó a ganar notoriedad pública, lo que llevó a uno de los inquilinos a iniciar acciones legales en 2006. La familia permaneció en la vivienda hasta 2008, año en que Wanda contrajo matrimonio con Maxi López. Tras su salida, otras personas ocuparon brevemente la casa, que fue finalmente recuperada por los dueños en un estado deteriorado.

La historia fue difundida por el periodista Pepe Ochoa en el programa LAM y replicada por diversos medios, generando debate sobre la ocupación de viviendas y la exposición mediática de figuras públicas. Mientras tanto, Wanda Nara compartió en redes sociales imágenes de su actual casa de campo en Milán, marcando un fuerte contraste con su pasado en Boulogne. El caso pone de relieve problemáticas habituales en el conurbano bonaerense y suma un nuevo capítulo a la vida mediática de la empresaria, actualmente envuelta en una disputa legal con Mauro Icardi.