El hallazgo del cuerpo de Débora Damaris Bulacio Del Valle, de 38 años, en el camping Miguel Lillo de Necochea, generó conmoción en la ciudad balnearia. La mujer había desaparecido el sábado tras una discusión con su pareja, Ángel Andrés Gutiérrez, quien fue detenido e imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.

La búsqueda de Débora se extendió por más de 48 horas, involucrando a la policía, Defensa Civil, guardaparques y áreas municipales. El cuerpo fue encontrado semienterrado cerca del Lago de los Cisnes, vestido y con signos de golpes y estrangulamiento manual, según los resultados preliminares de la autopsia. Además, presentaba heridas defensivas y marcas de arrastre, lo que sugiere que intentó resistirse.

Las cámaras de seguridad del camping y los testimonios de testigos resultaron fundamentales para delimitar el área de búsqueda y reconstruir los hechos. Las imágenes registraron una fuerte discusión entre la pareja la noche del sábado y movimientos sospechosos de Gutiérrez durante la madrugada, incluyendo el arrastre de un bulto y su salida solitaria del camping.

El fiscal Walter Pierrestegui, a cargo de la investigación, destacó la importancia de la evidencia tecnológica y los testimonios. Gutiérrez, quien tenía antecedentes por violencia de género, se negó a declarar y a someterse a pericias psicológicas, aunque colaboró entregando su celular desbloqueado. La carpa donde acampaban fue hallada a tres kilómetros del lugar, con manchas que podrían ser sangre, y se investiga si fue la escena del crimen.

Familiares de Débora, profundamente afectados, manifestaron su dolor y exigieron justicia. "Mientras viva guerrearemos por ti. Se hará justicia, dalo por seguro... La justicia celestial y la terrenal se unieron", expresó su madre en redes sociales. El caso pone en relieve la persistente problemática de la violencia de género y los femicidios en Argentina, generando preocupación y movilización en la comunidad de Necochea.