Nata, un adolescente de 14 años oriundo de Rosario, se convirtió en el centro de una conmovedora campaña nacional tras grabar un video en el que pide ser adoptado. Su mensaje, difundido por el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUAGA) de Santa Fe y autorizado por su abogada y la jueza de familia, rápidamente se viralizó en redes sociales y medios de comunicación, generando una respuesta sin precedentes: más de 500 familias, tanto de Argentina como del exterior, se inscribieron para iniciar el proceso de adopción.

La historia de Nata está marcada por el abandono y la violencia familiar. Desde hace más de un año vive en un hogar convivencial en el centro de Rosario, tras haber sido separado de sus padres por situaciones de maltrato y discriminación. A pesar de contar con lo necesario en lo material, Nata expresó en su video que su mayor deseo es tener una familia que lo cuide y lo acompañe, especialmente en estas fiestas. “Mi deseo para esta Navidad es tener una familia, sentirme cuidado y contenido, y poder sonreír de verdad”, afirmó con honestidad y esperanza.

El caso de Nata puso en primer plano la problemática de la adopción de adolescentes en Argentina, donde la mayoría de los aspirantes a adoptar prefieren niños pequeños. Según datos del RUAGA, solo el 10% de los adoptantes están dispuestos a recibir a chicos mayores de 9 años. Actualmente, en Santa Fe existen más de 130 convocatorias públicas abiertas para adolescentes que buscan un hogar.

El proceso de selección de la familia adoptiva será riguroso y estará a cargo del RUAGA, que priorizará el bienestar de Nata y su deseo de mantener sus vínculos en Rosario. La abogada del adolescente, Paola Scicchitani, subrayó la importancia de no apresurar el proceso y de garantizar que los derechos de Nata sean respetados en todo momento. “No deja de ser emocionante porque es un chico de 14 años que lucha por sus derechos”, señaló.

La repercusión del caso generó un debate sobre la necesidad de comunicar mejor la finalidad de la adopción y de fomentar la inclusión de adolescentes en los procesos adoptivos. Mientras tanto, Nata continúa con su rutina escolar y deportiva, esperando que su pedido encuentre eco en una familia dispuesta a acompañarlo y brindarle el amor que tanto anhela. Se espera que, si todo avanza favorablemente, antes de fin de año pueda comenzar el proceso de vinculación con su nueva familia.