El subcomisario Enrique Mattiauda, de 49 años, falleció tras una larga lucha de cinco meses luego de ser baleado en el cuello durante un operativo policial en Villa Lugano, Ciudad de Buenos Aires. El hecho ocurrió en noviembre de 2024, cuando Mattiauda y su equipo respondieron a un llamado al 911 por un caso de violencia de género en el Barrio 15, conocido como Ciudad Oculta.

Durante el operativo, los oficiales rescataron a una mujer con una herida de bala en la pierna. Mientras intentaban retirarse del lugar, comenzaron a escucharse disparos desde el interior del barrio. En ese momento, Mattiauda fue alcanzado por un proyectil que le destrozó la arteria carótida. Fue trasladado de urgencia al Hospital Santojanni, donde recibió los primeros auxilios, y luego derivado al Hospital Italiano debido a la gravedad de sus heridas.

A lo largo de los meses siguientes, Mattiauda enfrentó un proceso médico complejo que incluyó múltiples cirugías y rehabilitación neurológica. Sin embargo, su estado de salud se deterioró y, el pasado sábado, falleció tras no resistir una cirugía de reconstrucción craneal. Según Silvina, allegada a la familia, el subcomisario sufrió un accidente cerebrovascular durante la intervención que afectó el hemisferio cerebral sano.

El caso ha generado conmoción tanto en su entorno personal como en la comunidad policial. Maximiliano Piñeiro, secretario de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresó: “Nos arrebataron a un hombre de bien, a un servidor público que eligió cuidar a los demás. Su muerte no va a quedar impune”. Por su parte, Waldo Wolff, ministro de Seguridad porteño, destacó el sacrificio de Mattiauda en cumplimiento del deber.

Enrique Mattiauda era un hombre de familia, devoto de la fe evangélica y apasionado por el fútbol y el rock. Vivía en La Plata junto a su esposa Sonia y sus dos hijos, Tiziano y Valentino. Sus restos fueron velados este miércoles en Casa Betti, en La Plata, y serán enterrados mañana en el Cementerio Municipal de la ciudad.

La investigación del caso está a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 60, que inicialmente caratuló el hecho como tentativa de homicidio. Sin embargo, el atacante sigue prófugo, lo que ha generado indignación entre los familiares y la comunidad. Según fuentes cercanas, el agresor sería el mismo que disparó contra la mujer rescatada durante el operativo.

Este trágico episodio pone de manifiesto los riesgos que enfrentan los oficiales en operativos en zonas vulnerables como Ciudad Oculta, así como la necesidad de reforzar las medidas de seguridad y la eficacia en la persecución de los responsables de estos actos violentos.