La cosecha de trigo en Argentina para la campaña 2025/26 ha alcanzado niveles históricos, con proyecciones que superan los 27 millones de toneladas, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y estimaciones privadas. Este récord productivo se atribuye principalmente a condiciones climáticas favorables y a la incorporación de tecnología en el manejo de los cultivos. El avance de la trilla ya cubre más del 73% del área apta, con rendimientos que superan los máximos históricos en regiones clave como Córdoba y Buenos Aires.

El impacto de esta supercosecha se refleja en el comercio exterior: en diciembre, las exportaciones de trigo alcanzaron 2,48 millones de toneladas, duplicando el volumen del año anterior y estableciendo un nuevo récord para el mes. El precio FOB argentino es actualmente el más competitivo a nivel mundial, lo que ha permitido diversificar los destinos de exportación, incluyendo importantes embarques hacia Asia, con Indonesia, Vietnam y Bangladesh entre los principales compradores. China, por primera vez en tres décadas, también ha adquirido trigo argentino.

Sin embargo, el contexto internacional presenta desafíos. La sobreoferta global, con cosechas récord en Rusia, Australia y la Unión Europea, ha generado una fuerte presión a la baja sobre los precios internacionales. En el mercado local, el precio recibido por el productor ronda los 165 dólares por tonelada, un valor considerado bajo en términos históricos. Además, persisten problemas estructurales en logística e infraestructura, lo que afecta la rentabilidad del sector.

En el plano normativo, la reciente reducción de las retenciones a la exportación (DEX) ha dinamizado las ventas y beneficiado especialmente a subproductos como la sémola, con un impacto positivo en regiones exportadoras como Bahía Blanca. No obstante, analistas y productores advierten que los beneficios de estas medidas han favorecido principalmente al gobierno y a las grandes exportadoras, mientras que los productores han visto limitada su ganancia.

La calidad del trigo, si bien muestra buenos rendimientos, presenta parámetros de proteína y gluten por debajo de lo esperado, según relevamientos de la Bolsa de Comercio de Rosario. El sector agroindustrial valora la agilidad en la difusión de datos y la reducción de retenciones, pero reclama mayor previsibilidad y mejoras en infraestructura para sostener la competitividad a largo plazo. El acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, por su parte, sigue enfrentando obstáculos y no se espera una resolución en el corto plazo.

En síntesis, la campaña triguera 2025/26 representa un logro productivo para Argentina, aunque la rentabilidad y los desafíos estructurales siguen siendo temas centrales en la agenda del sector.