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12 de julio de 2025
Politica
Argentina

Radiografía de una contradicción: por qué inflación y pobreza bajan, pero el dinero sigue sin alcanzar

• Inflación y pobreza bajan según datos oficiales, pero la mitad de los hogares argentinos sufre "estrés económico" y no llega a fin de mes. • Cambios en precios y salarios explican la contradicción. • Debate sobre cómo se mide la pobreza.

Los indicadores macroeconómicos en Argentina muestran una baja significativa en la inflación y la pobreza, según datos oficiales difundidos por el gobierno nacional. Sin embargo, un informe reciente del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela que la mitad de los hogares del país experimenta lo que denominan "estrés económico": la percepción de que los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos básicos y mantener los patrones de consumo habituales.

Esta contradicción entre los datos oficiales y la realidad cotidiana de muchas familias se explica, según el investigador Juan Ignacio Bonfiglio, por un cambio en la estructura de precios relativos. "Es cierto que si nosotros ponemos el ojo en determinados datos, como el índice de inflación, el que mide la pobreza interanual o el crecimiento de algunos sectores de la economía argentina, ha habido una mejoría en este año y medio. Pero también hubo un cambio importante en la estructura de precios relativos de los servicios que impactan fundamentalmente en ciertos sectores sociales como las clases medias y bajas, que son los que se vieron más golpeados durante todo este proceso", explicó Bonfiglio.

El informe detalla que los precios de servicios como transporte, medicina prepaga y educación privada aumentaron considerablemente más que los alimentos, lo que tensionó el presupuesto de los hogares. Además, los salarios no acompañaron estos incrementos, salvo en algunos sectores privados específicos, como el energético y el financiero. En contraste, los trabajadores públicos, los del sector educativo y los no registrados quedaron rezagados en la recuperación salarial.

Bonfiglio también cuestionó la metodología oficial para medir la pobreza, señalando que los desfases entre los ingresos declarados y el valor de la canasta básica pueden distorsionar los resultados, especialmente en contextos de alta inflación. "Si bien es claro que hubo un descenso de la pobreza media por ingreso, probablemente este descenso no haya sido tan espectacular como pareciera", advirtió.

El gobierno, por su parte, sostiene que el ordenamiento fiscal es prioritario y que la recuperación salarial y de la economía real llevará tiempo. Sin embargo, la falta de inversión en infraestructura y la ausencia de una estrategia clara para dinamizar la economía generan incertidumbre sobre el futuro inmediato. El debate sobre la medición de la pobreza y la necesidad de indicadores más amplios continúa abierto, mientras muchas familias siguen sin percibir mejoras en su vida cotidiana.