Bodegas Cuvillier, ubicada en General Roca, Río Negro, ha consolidado a Sidra Del Valle como la marca líder de sidra en Argentina, tras casi siete décadas de innovación y crecimiento. Desde que Virginio Luis Saccani adquirió una bodega vitivinícola en desuso en 1957, la empresa ha transformado el panorama sidrero nacional, posicionándose entre los tres mayores productores del país.

El proceso productivo comienza en el Alto Valle, donde se seleccionan manzanas de las variedades Red Delicious, Granny Smith y Pink Lady, provenientes de Río Negro y Neuquén. Cada año, se procesan entre 20 y 25 millones de kilos de fruta, que se muelen y fermentan en la planta de General Roca. El caldo base se almacena en bodegas con capacidad para 20 millones de litros y, posteriormente, se traslada a la planta de San Fernando, Buenos Aires, para su ultrafiltrado, edulcorado, gasificado, envasado y pasteurización.

Sidra Del Valle se distingue por ser la única sidra pasteurizada en Argentina, una decisión tomada por Saccani en 1976 para garantizar calidad y estabilidad. "La sidra Del Valle es la única pasteurizada en Argentina", afirma Cristian Paredes, encargado de Producción y Control de Calidad. La planta de San Fernando puede envasar más de 40.000 cajas diarias y, en los picos de fin de año, la producción supera el cuarto de millón de botellas por día, con operaciones continuas las 24 horas.

La empresa emplea a más de 160 personas y exporta cerca de 700.000 cajas anuales, principalmente a Bolivia y Paraguay. Sin embargo, el consumo de sidra en Argentina está fuertemente concentrado en las fiestas de fin de año y ha experimentado una caída significativa en 2024. Para enfrentar este desafío, Bodegas Cuvillier ha diversificado su portafolio, lanzando líneas premium, formatos pequeños y, recientemente, sidra en lata, una innovación introducida durante la pandemia.

La desestacionalización del consumo es una meta clave para la empresa, que intensifica su presencia en ferias y eventos para fomentar el consumo durante todo el año. Argentina, aunque está entre los diez países con mayor consumo per cápita de sidra, presenta niveles bajos, lo que representa un amplio margen de crecimiento. Los hijos de Saccani, Marcelo, Paula y Javier, continúan el legado de innovación y calidad, consolidando a Sidra Del Valle como un clásico de las mesas argentinas y una referencia nacional en el sector sidrero.

El futuro de la sidra argentina dependerá de la capacidad de las empresas para adaptarse a los cambios en el consumo y seguir apostando por la innovación y la diversificación, en un mercado que busca expandirse más allá de la estacionalidad de las fiestas.