Rosa Candela Santa María, una joven de 24 años que trabajaba como chofer de aplicación, fue hallada muerta en su auto en González Catán, partido de La Matanza, tras recibir un disparo en la cabeza. El hecho ocurrió en la madrugada del sábado y generó conmoción en la comunidad local, donde familiares y vecinos se movilizaron para exigir justicia.

La investigación policial descartó la hipótesis inicial de robo, ya que Candela no estaba trabajando con la aplicación al momento del crimen y el vehículo no fue sustraído. Sin embargo, faltaban su celular y dinero. El principal sospechoso, Rodrigo López, de 20 años y vecino de la víctima, fue identificado gracias a testimonios y cámaras de seguridad. Al verse rodeado por la policía en una vivienda de Virrey del Pino, López intentó huir y se suicidó de un disparo frente a los efectivos.

La familia de Candela sostuvo desde el principio que el crimen fue cometido por alguien conocido y criticó la actuación policial, denunciando inacción y represión durante las protestas en Ruta 3. "La mataron por dos monedas", expresó la madre de la joven, mientras que sus hermanos y amigos destacaron su carácter trabajador y solidario.

La fiscalía de Homicidios de La Matanza, a cargo de Diego Rulli, investiga ahora el vínculo entre la víctima y el victimario, y si existieron mensajes previos que puedan esclarecer el móvil del asesinato. El caso puso en evidencia la inseguridad en la zona y la desconfianza de la comunidad hacia las fuerzas de seguridad.

Candela era la menor de cuatro hermanos y había adquirido recientemente el auto que utilizaba para trabajar. Su muerte generó una fuerte reacción social, con movilizaciones y reclamos de justicia que continúan mientras avanza la investigación. El desenlace del caso, con el suicidio del sospechoso, deja abiertas preguntas sobre los motivos y la relación entre ambos, en un contexto de creciente preocupación por la violencia en el conurbano bonaerense.