El chivito del norte neuquino, un producto emblemático de la región, ha dado un paso significativo al llegar a las góndolas de supermercados en Neuquén y otras localidades. Este logro es resultado del trabajo conjunto entre la Corporación para el Desarrollo de la Cuenca del Curí Leuvú (CORDECC) y el gobierno provincial, que buscan fortalecer la economía local y apoyar a los pequeños productores.

La planta de faena de CORDECC, ubicada en Chos Malal, procesa alrededor de 800 chivitos por semana, cumpliendo con estrictos estándares sanitarios y de calidad. Estos animales, criados en condiciones naturales y libres de agroquímicos, cuentan con denominación de origen, lo que les otorga un valor agregado en el mercado. Según Martín González, presidente de CORDECC, "este es un producto de primera calidad que ahora está al alcance de más consumidores".

Supermercados como La Anónima y Cooperativa Obrera ya comercializan el chivito, con precios mayoristas de $120,000 por carcasa. La Anónima, por ejemplo, adquirió 700 unidades para distribuir en 43 sucursales, mientras que Cooperativa Obrera realiza compras regulares de 150 a 200 piezas cada dos meses. Esta estrategia no solo amplía la disponibilidad del producto, sino que también asegura ingresos estables para los crianceros del Alto Neuquén.

La temporada de faena se extiende de marzo a mayo, cuando los animales regresan de la veranada con un peso ideal para su comercialización. Las carcasas se almacenan en cámaras frigoríficas, lo que permite su venta durante todo el año. Además, CORDECC diversifica su oferta con productos derivados como escabeches, agregando valor a la producción local.

El gobierno provincial ha implementado incentivos fiscales, como descuentos en el Impuesto a los Ingresos Brutos, para fomentar la comercialización de productos de origen neuquino. "El objetivo es que el consumidor pueda acceder a un producto emblemático del norte neuquino y, al mismo tiempo, acompañar a las familias crianceras que enfrentan condiciones climáticas adversas", explicó González.

Esta iniciativa ha tenido un impacto significativo en la economía local. Más de 120 productores han recibido apoyo financiero y logístico, incluyendo créditos por 226 millones de pesos para facilitar la transhumancia. "El criancero vende una vez al año y con eso cubre su alimentación y la de los animales", señaló González.

El éxito del chivito del norte neuquino no solo se limita a la provincia. En ocasiones anteriores, se han realizado envíos a Bariloche y Buenos Aires, y se planea explorar mercados internacionales en el futuro. Con un modelo que combina apoyo a los productores, logística eficiente y promoción de un producto de excelencia, el chivito neuquino se consolida como un símbolo de identidad y desarrollo económico para la región.