El doble homicidio de Paloma Gallardo, de 16 años, y Josué Salvatierra, de 14, ha conmocionado a la comunidad de Florencio Varela. Los adolescentes fueron encontrados muertos en un descampado el 1 de febrero, dos días después de haber desaparecido mientras se dirigían al gimnasio. La autopsia reveló que ambos murieron por traumatismos graves en la cabeza, con fracturas de cráneo, y que Paloma sufrió un nivel de violencia mayor.

El abogado de la familia Gallardo, Aníbal Osorio, ha señalado que el crimen podría tratarse de un acto de odio, descartando el robo como móvil principal. "Fue un doble asesinato muy violento, que pudo tener un tinte de odio, de ensañamiento por cómo estaban las víctimas, principalmente Paloma, que recibió más agresiones", declaró Osorio. Además, sugirió que el ataque podría estar relacionado con la apariencia física de las víctimas.

La investigación, ahora liderada por el fiscal Darío Provisionato, ha corregido errores iniciales y se centra en la recolección de pruebas clave, como análisis de sangre y ADN. Según Osorio, al menos dos personas estarían involucradas en el crimen, aunque no se descarta la participación de más individuos. Algunos sospechosos ya están bajo control, pero aún no se han ordenado detenciones.

El caso ha descartado hipótesis iniciales, como la vinculación con el narcomenudeo, tras investigaciones que confirmaron que la zona es conocida por el consumo de drogas, pero no por su venta. Además, Gonzalo López, único detenido hasta ahora, fue liberado después de que se comprobara que los teléfonos involucrados en el caso eran clonados.

Vecinos de Florencio Varela han expresado su preocupación por la seguridad en la zona y han pedido justicia para las víctimas. Mientras tanto, la Fiscalía continúa trabajando en una línea clara de investigación, priorizando la identificación de los responsables antes de determinar el móvil del crimen. Se espera que en los próximos dos meses haya avances significativos en el caso.