Una estafa con pasajes aéreos baratos ha sacudido a la comunidad de Recoleta, en Buenos Aires, dejando a cientos de familias sin boletos ni dinero. La Justicia porteña investiga el caso, que involucra a una mujer identificada como Karyna, madre de un exalumno de un colegio tradicional, y a una presunta socia. Ambas ofrecían pasajes a destinos europeos a precios muy por debajo del mercado, alegando tener acceso a códigos exclusivos de aerolíneas como Iberia y Lufthansa gracias a supuestos contactos internos.

Durante meses, el esquema funcionó sin inconvenientes: los primeros clientes, en su mayoría madres del entorno escolar, recibieron sus boletos y viajaron, lo que generó confianza y permitió que el negocio creciera rápidamente por recomendación. Los pagos se realizaban en efectivo y con mucha anticipación, sin recibir reservas formales, bajo la promesa de que los datos se confirmarían días antes del viaje.

Sin embargo, hace aproximadamente un mes, la situación comenzó a deteriorarse. Karyna informó a sus clientes que, debido a la alta demanda, Iberia había dado de baja el código interno que utilizaba, y empezó a ofrecer vuelos desde San Pablo, lo que obligó a los afectados a comprar pasajes adicionales. Finalmente, dejó de responder mensajes y surgieron versiones de que había sufrido un pico de estrés e incluso un intento de suicidio, por lo que estaría internada en un sanatorio porteño.

El caso, que se investiga bajo el expediente N°36862/2025 en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 57, ha sido calificado por las autoridades como una posible estafa tipo Ponzi. Se presume que el dinero de los nuevos clientes se utilizaba para comprar los pasajes de los primeros, hasta que el sistema colapsó.

Las redes sociales han sido el principal canal de denuncia y contención para los damnificados, quienes comparten sus experiencias y buscan respuestas. "El daño que nos ha generado a todos es tremendo", expresó una de las víctimas. La comunidad educativa y social de Recoleta se encuentra conmocionada por la magnitud del fraude, mientras la Justicia avanza en la investigación y los afectados esperan recuperar su dinero o, al menos, obtener justicia.