La tranquilidad de Puerto Tirol, en la provincia de Chaco, se vio abruptamente interrumpida el jueves por la tarde cuando un objeto metálico de grandes dimensiones cayó en un campo privado de la zona rural conocida como Campo Rossi. El cilindro, de 1,70 metros de largo y 1,20 de diámetro, fue rápidamente identificado por expertos como un tanque de combustible presurizado utilizado en cohetes espaciales, fabricado en fibra de carbono y con un número de serie visible en su superficie.

El propietario del predio, Ramón Ricardo González, alertó a la policía local, que junto al Departamento de Bomberos Metropolitana y la brigada antiexplosivos, acordonó el área y activó protocolos de seguridad para descartar riesgos de explosividad o toxicidad. La pieza, aunque hueca y sin propelente, podría liberar polvo tóxico de fibra de carbono, por lo que se instó a la población a no acercarse ni manipular el objeto.

Las primeras hipótesis apuntaron a que el cilindro podría pertenecer a una misión de SpaceX, la empresa aeroespacial estadounidense, aunque investigaciones posteriores sugieren que se trataría de un componente del cohete chino Jielong 3, lanzado recientemente desde una barcaza en aguas costeras de China. La trayectoria del cohete coincide con el paso sobre el espacio aéreo argentino y con el avistamiento de un objeto brillante cruzando varias provincias la noche anterior al hallazgo.

El incidente, que no provocó heridos ni daños materiales, generó un intenso debate en la comunidad local y en redes sociales sobre los riesgos asociados a la basura espacial. "Podría haber sido un desastre si caía en zona urbana", advirtió Mario Vesconi, presidente de la Asociación Chaqueña de Astronomía. Expertos señalaron que, aunque estos tanques suelen pesar entre 60 y 100 kilos, su impacto puede ser devastador si reingresan a la atmósfera de forma descontrolada.

La Fuerza Aérea se presentó en el lugar para remover el objeto y realizar análisis de materiales y revisión del número de serie, mientras se espera un informe oficial sobre su procedencia. El evento reavivó el debate sobre la responsabilidad de empresas y países en la gestión de residuos espaciales, un problema creciente ante el aumento de lanzamientos y la falta de regulación internacional efectiva.

En Argentina, los registros de basura espacial que logra llegar al suelo son escasos, pero el caso de Puerto Tirol se suma a una lista creciente de incidentes que ponen en evidencia la necesidad de mayor control y prevención. El hallazgo también conecta con antecedentes históricos de la región, como el famoso Campo del Cielo, donde hace miles de años impactó una lluvia de meteoritos metálicos.

Por ahora, el objeto permanece bajo custodia policial, mientras la comunidad de Puerto Tirol sigue expectante ante la resolución del misterio y las implicaciones futuras para la seguridad espacial.