El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió alertas por lluvias, tormentas y vientos intensos que afectarán a la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense y otras provincias a partir del viernes 1° de agosto. Según los pronósticos, se esperan precipitaciones de variada intensidad, con acumulados que podrían oscilar entre 15 y 40 milímetros, acompañadas de ráfagas de viento y posible caída de granizo.

Las condiciones comenzarán a desmejorar desde la noche del jueves, cuando un frente cálido inestabilice el clima en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la provincia. El viernes será la jornada más inestable, con lluvias y tormentas durante todo el día. "Se prevén tormentas de variada intensidad, algunas localmente fuertes, con abundante caída de agua en cortos períodos, actividad eléctrica, ráfagas y ocasional caída de granizo", informó el SMN.

El organismo también emitió alertas amarillas por tormentas y vientos fuertes en al menos 14 provincias, incluyendo Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y zonas cordilleranas, donde las ráfagas podrían superar los 120 km/h. En el AMBA, los vientos podrían alcanzar los 50 km/h, mientras que las temperaturas oscilarán entre los 14 y 17 grados.

El sábado persistirán lluvias aisladas durante la madrugada, con mejoras graduales hacia el mediodía, aunque se mantendrán los vientos intensos. Para el domingo, se prevé estabilidad, pero con temperaturas bajas y cielo mayormente nublado. "El frío polar volverá con fuerza a partir del domingo, con mínimas de 9°C y máximas de 16°C", detalló el SMN.

Las autoridades recomiendan evitar actividades al aire libre, asegurar objetos que puedan volarse y tomar precauciones ante posibles cortes de energía y caída de granizo. Además, se aconseja seguir las actualizaciones del pronóstico y las indicaciones oficiales para minimizar riesgos.

Este evento meteorológico coincide con el cierre de las vacaciones de invierno y marca un cambio brusco tras varios días de clima estable. El SMN subraya la importancia de la prevención y la preparación ante posibles emergencias, mientras la población se mantiene atenta a las recomendaciones y actualizaciones del clima.