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24 de agosto de 2025
Seguridad
Mar del Plata

Casi cien policías, el grupo Halcón y un negociador detrás del insólito caso de una toma de rehenes que no fue

• Operativo policial masivo en Mar del Plata por falsa toma de rehenes • Todo fue una estrategia para que el sospechoso escapara • No hubo violencia ni secuestro real • Más de 90 policías movilizados 🚔

El 6 de febrero de 2006, la ciudad de Mar del Plata vivió una jornada marcada por la tensión y el despliegue policial, tras una denuncia de toma de rehenes que finalmente resultó ser una elaborada farsa. Desde temprano, casi cien policías, patrullas y francotiradores del Grupo Halcón rodearon una vivienda en la calle 12 de Octubre, luego de que un hombre denunciara que su hijastro, Andrés Maldonado, lo había echado de la casa y se había atrincherado con su familia, amenazando con dos pistolas de 9 mm.

El fiscal David Bruna activó el protocolo de crisis y el operativo se extendió por cuatro horas, con negociadores intentando establecer contacto con el supuesto secuestrador. Sin embargo, la calma dentro de la vivienda y detalles como risas escuchadas por los agentes comenzaron a generar dudas sobre la veracidad de la situación. Finalmente, las tres mujeres salieron de la casa sin mostrar signos de terror y afirmaron que la niña que permanecía adentro estaba a salvo. El Grupo Halcón irrumpió en la vivienda, pero no encontró rastros de Maldonado ni evidencia de violencia o armas.

Las investigaciones revelaron que la supuesta toma de rehenes fue una puesta en escena para facilitar la fuga de Maldonado, quien era buscado por un robo ocurrido días antes en el barrio Parque Luro. El jefe distrital Guillermo Britos declaró: "Todo indica que se trató de una puesta en escena. Nunca existió la toma de rehenes. Fue una estrategia para ganar tiempo y permitir que el sospechoso escapara". Las mujeres involucradas se mostraron ofuscadas por el trato policial y negaron haber sido rehenes, asegurando que Maldonado se había marchado temprano en la mañana.

El operativo, que movilizó a más de noventa efectivos y generó gran conmoción en el barrio, terminó sin detenidos y con la confirmación de que la denuncia fue parte de un plan para distraer a las autoridades. El caso dejó en evidencia la capacidad de organización de los involucrados y la necesidad de revisar los protocolos de actuación ante situaciones de crisis, mientras la comunidad reflexiona sobre el impacto de este tipo de hechos en la seguridad local.