Rosa Candela Santa María, una joven de 24 años que trabajaba como chofer de aplicaciones de viajes, fue asesinada en la madrugada del sábado en González Catán, partido de La Matanza. El hecho ocurrió entre la 1 y las 2 de la mañana, cuando la víctima fue interceptada en la esquina de Coronel Ramos y La Bastilla. Recibió un disparo en la cabeza mientras se encontraba en su Fiat Cronos, vehículo que había adquirido recientemente y aún estaba pagando.

Según relataron familiares, Candela había aceptado un viaje por la aplicación, pero fue víctima de una trampa. El agresor, identificado por los vecinos como "Piñón", robó el celular y la billetera de la joven, pero dejó el auto en el lugar. Testigos presenciales vieron al sospechoso huir hacia una vivienda cercana, utilizada como "aguantadero". La policía científica confirmó que la joven presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza, y en el auto se halló la caja vacía de una pistola calibre 9 milímetros.

La familia y vecinos de Candela realizaron un corte en la Ruta 3 para reclamar justicia y exigir la detención del sospechoso. Durante la protesta, denunciaron represión policial y falta de acción por parte de las autoridades. "La mataron por dos monedas", expresó la madre de la víctima, mientras que su hermano lamentó la inseguridad reinante en la zona: "No podemos salir a comprar o con los chicos en la bici. Está todo abandonado".

Las primeras investigaciones policiales no descartan que el móvil del crimen haya sido un robo, pero también consideran la posibilidad de un vínculo previo entre la víctima y el agresor. De acuerdo a fuentes judiciales, el principal sospechoso se suicidó al intentar ser detenido por la policía.

Candela era la menor de cuatro hermanos y trabajaba intensamente para pagar su auto, con el objetivo de acceder a un crédito para comprar un terreno. El caso generó conmoción en La Matanza, una de las zonas con mayor índice de robos de vehículos en el país, y reavivó el debate sobre la inseguridad en el conurbano bonaerense. La investigación continúa bajo la fiscalía de homicidios local, mientras familiares y vecinos mantienen el reclamo de justicia.