El brutal asesinato de la psiquiatra Virginia Franco en su casa de City Bell, partido de La Plata, sigue sin resolverse a una semana del hallazgo del cuerpo. La investigación, a cargo de la fiscalía 11 de Álvaro Garganta, se encuentra en un punto crítico, sin detenidos ni sospechosos firmes, mientras la familia y la comunidad exigen respuestas.

Franco, de casi 70 años, fue encontrada sin vida el sábado 15 de noviembre en su vivienda, que presentaba un escenario de extremo desorden y signos de violencia. Según los informes forenses iniciales, la víctima sufrió múltiples heridas cortantes en el rostro y un profundo corte en el cuello, además de hematomas compatibles con un ataque violento. La autopsia ampliada, ordenada recientemente, busca aportar mayor claridad sobre la mecánica y el momento exacto del crimen.

Uno de los elementos más enigmáticos del caso es la desaparición del teléfono celular de Franco, que permanece sin ser hallado pese a los rastrillajes. Este dispositivo es considerado clave para reconstruir las últimas horas de la víctima y sus comunicaciones previas al asesinato. La ausencia de Franco en su trabajo el viernes 14, sin aviso previo, fue el primer indicio de alarma para sus colegas y amigos, quienes intentaron contactarla sin éxito.

La investigación también se centra en la presencia de dos hombres que, según vecinos, fueron vistos en el jardín de la casa dos días antes del crimen, presentándose como jardineros. Sin embargo, no se encontraron pruebas de trabajos recientes en el lugar, lo que genera dudas sobre su verdadera identidad y propósito. El portón y las puertas de la vivienda no mostraban signos de violencia, lo que sugiere que la víctima pudo haber permitido el ingreso de sus agresores.

La familia de Franco ha manifestado su desconcierto y pide cautela para no acusar sin pruebas. "No quiero acusar a un perejil", declaró su cuñado, subrayando la complejidad del caso. Además, se investiga si la víctima manejaba sumas de dinero en efectivo, ya que había manifestado su intención de invertir en plazos fijos tras la muerte de su esposo.

El caso ha generado gran conmoción en La Plata y reavivado el debate sobre la inseguridad en la zona. Mientras la fiscalía analiza nuevas pruebas y testimonios, la sociedad platense sigue de cerca el desarrollo de la investigación, a la espera de avances que permitan esclarecer el crimen y llevar tranquilidad a la comunidad.