Cristina Fernández de Kirchner continúa internada en el Sanatorio Otamendi de la ciudad de Buenos Aires tras haber sido sometida a una cirugía de urgencia por un cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada. Según los partes médicos difundidos en los últimos días, la ex presidenta presenta un íleo posoperatorio, una complicación frecuente en este tipo de intervenciones, que le impide tolerar alimentos sólidos y la mantiene bajo dieta líquida, drenaje peritoneal y tratamiento antibiótico endovenoso.

El equipo médico informó que, hasta el momento, la paciente no presenta fiebre ni signos de infección secundaria, lo que es considerado un dato positivo en su evolución. Sin embargo, la indicación de internación se mantiene hasta que se resuelva el cuadro de íleo, sin una fecha estimada de alta. “La evolución general sigue dentro de los parámetros esperados para el diagnóstico”, señalaron los profesionales a cargo.

La operación, realizada el 20 de diciembre, fue autorizada judicialmente debido a que Fernández de Kirchner cumple arresto domiciliario. Desde entonces, la ex mandataria permanece bajo estricta vigilancia médica, con controles continuos y estudios complementarios, como una tomografía computada que confirmó el diagnóstico de íleo posoperatorio.

Especialistas consultados explicaron que el íleo posoperatorio es una parálisis transitoria de la función intestinal que puede ocurrir tras cirugías abdominales, especialmente en presencia de infecciones como la peritonitis. El tratamiento consiste en reposo intestinal, control de líquidos y monitoreo constante de la evolución clínica.

En las afueras del sanatorio, militantes y agrupaciones políticas se congregaron para expresar su apoyo a la ex presidenta, desplegando banderas y mensajes de aliento. Mientras tanto, el acceso al área de internación permanece restringido, conforme a las disposiciones judiciales.

Cristina Kirchner, de 72 años, ha atravesado varias intervenciones quirúrgicas en la última década. La situación clínica actual se encuentra bajo análisis permanente, y la extensión de la internación dependerá de la evolución del cuadro intestinal y del control de la peritonitis. El equipo médico enfatizó que la ausencia de fiebre y la estabilidad clínica son indicadores favorables, aunque la paciente seguirá bajo observación hasta su recuperación total.