La recuperación de Micaela González, una niña sanjuanina de cinco años diagnosticada con un tumor cerebral inoperable, ha generado asombro tanto en la comunidad médica como en la religiosa de Argentina. En julio, los médicos le dieron un pronóstico de apenas seis meses de vida debido a la gravedad y localización del tumor en el tronco encefálico. Sin embargo, tras recibir tratamiento de radioterapia y corticoides en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, la evolución de Micaela desafió todas las expectativas clínicas.

Según relataron sus padres y confirmaron los profesionales de la salud, las resonancias magnéticas mostraron una reducción drástica del tumor en apenas cuatro meses. “De la primera a la última resonancia, el cambio fue impresionante. El tumor ya está casi completamente eliminado”, expresó Samantha Sánchez, madre de la niña, quien no ocultó su emoción ante el inesperado giro en la salud de su hija. Los médicos, por su parte, reconocieron que la respuesta al tratamiento fue inusual y superó ampliamente los pronósticos iniciales.

Durante el proceso, la familia de Micaela se aferró a la fe, en particular a la figura de San Carlo Acutis, un joven italiano canonizado en 2025 y cuya devoción crece en Argentina. La madre relató que su hija repetía: “Carlo Acutis me llamó del cielo”, y atribuyó la recuperación a la intercesión del santo. La comunidad religiosa acompañó con cadenas de oración y muestras de apoyo, mientras que en Mendoza se construye una capilla dedicada a Acutis, consolidando su figura como símbolo de esperanza para muchos creyentes.

Hoy, Micaela ha retomado su vida cotidiana: asiste a la escuela, juega y disfruta de su infancia, aunque continúa bajo controles médicos periódicos. El caso ha sido calificado por la familia y numerosos devotos como un milagro, mientras que los profesionales de la salud mantienen una postura cautelosa, destacando la importancia del tratamiento recibido y la fortaleza de la niña.

La historia de Micaela no solo ha conmovido a su entorno, sino que también ha inspirado a otras familias a no perder la esperanza ante diagnósticos adversos. El impacto de su recuperación refuerza el debate sobre la relación entre la fe, la medicina y los límites del conocimiento científico, en un contexto donde la devoción a San Carlo Acutis sigue expandiéndose en el país.