La Justicia Electoral de la provincia de Buenos Aires rechazó el pedido del Gobierno nacional para que Diego Santilli, dirigente del PRO, reemplace a José Luis Espert como cabeza de lista de La Libertad Avanza (LLA) en las próximas elecciones legislativas. La decisión se tomó luego de la renuncia de Espert, quien enfrenta denuncias por presuntos vínculos con el narcotráfico y fue imputado por lavado de dinero. El juez federal Alejo Ramos Padilla resolvió que la segunda candidata, Karen Reichardt, debe ocupar el primer lugar en la lista, en cumplimiento de la ley de paridad de género, y desestimó el argumento oficialista de que el reemplazo debía ser por otro hombre.

Ante esta situación, el Gobierno propuso reimprimir las boletas únicas de papel para eliminar la imagen de Espert, lo que implicaría un gasto adicional de más de 12 mil millones de pesos. El Ministerio del Interior aseguró que existen fondos suficientes para afrontar el costo, pero la mayoría de las agrupaciones políticas y la Junta Electoral bonaerense se manifestaron en contra de la medida, aduciendo la falta de tiempo y la magnitud logística que implica producir y distribuir 14 millones de boletas en menos de tres semanas.

La normativa vigente establece que, una vez oficializada la boleta, no se contempla su reimpresión por renuncia o reemplazo de candidatos, salvo en casos excepcionales. Por lo tanto, las boletas ya impresas seguirán siendo válidas, aunque contengan la imagen de Espert. La información sobre los cambios en la lista será comunicada oficialmente en los establecimientos de votación.

La provincia de Buenos Aires, con el mayor peso electoral del país, se convierte así en el epicentro de una disputa política que pone en evidencia las tensiones internas del oficialismo y la complejidad de la organización electoral. Las elecciones del 26 de octubre son consideradas cruciales para el Gobierno de Javier Milei, que enfrenta una pérdida de apoyo político y dificultades económicas. Mientras tanto, la oposición observa la crisis y busca capitalizar el desgaste del oficialismo en el principal distrito electoral argentino.

La decisión judicial aún puede ser apelada, pero los plazos para realizar cambios logísticos son cada vez más acotados. En este contexto, la campaña de LLA deberá adaptarse a una boleta que, pese a los intentos de modificación, mantendrá la imagen de un candidato que ya no compite, reflejando las turbulencias políticas que atraviesa el oficialismo en la antesala de los comicios.