La Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente, con una fuerte fragmentación interna y una drástica reducción de su representación en el Congreso. Tras las últimas elecciones, el bloque radical en la Cámara de Diputados quedó reducido a solo seis miembros, el número más bajo en lo que va del siglo, según datos de Noticias y Clarín. Esta situación se explica por una combinación de magros resultados electorales y la emigración de dirigentes hacia otros espacios políticos, como Provincias Unidas y La Libertad Avanza.

La fragmentación no es nueva, pero se ha profundizado en los últimos años. Algunos radicales formaron monobloques para mantener independencia, mientras que otros se aliaron con el oficialismo o con fuerzas opositoras. En este contexto, Pamela Verasay fue elegida como jefa del bloque radical en Diputados, y se selló un acuerdo con el PRO para conformar un interbloque que busca evitar el aislamiento y disputar la condición de tercera fuerza en la Cámara Baja.

En el Senado, la UCR también sufrió pérdidas, quedando con diez legisladores tras perder tres bancas en las últimas elecciones. Sin embargo, logró mantener la unidad bajo el liderazgo de Eduardo Vischi. A nivel provincial, el partido gobierna en cinco distritos, aunque en algunos casos lo hace en alianza con otras fuerzas, lo que refleja la diversidad de estrategias internas.

En Entre Ríos, el sector "UCR Activa" resiste la alianza con Milei y promueve la renovación interna. Este grupo, que representa una minoría dentro del partido, ha decidido continuar la discusión desde adentro y lanzó el espacio "Radicalismo Auténtico" a nivel nacional, buscando recuperar los principios socialdemócratas y liberales que consideran perdidos tras la alianza con el PRO en 2015.

Dirigentes como Rubén Pagliotto y Antonio Sala insisten en que la UCR debe reconstruirse sin fracturarse, a pesar de las profundas diferencias internas. "El radicalismo no se rinde, se reconstruye", afirmó Sala, quien descartó una ruptura formal pero reconoció la existencia de una división de hecho. El futuro del partido dependerá, según algunos sectores, de la evolución del sistema político y de la economía argentina, así como de la capacidad de la UCR para redefinir su identidad y rol en la política nacional.