Javier Milei culmina su segundo año al frente del gobierno argentino con una imagen positiva que ronda el 50%, según los últimos relevamientos de opinión pública. Este nivel de aprobación, reportado por consultoras como Opina Argentina y Atlas Intel, supera al que ostentaban sus antecesores Mauricio Macri y Alberto Fernández en el mismo punto de sus respectivas gestiones.

La encuesta de Opina Argentina, realizada a principios de diciembre, muestra que Milei cuenta con un 49% de imagen positiva y un 50% de negativa, con una tendencia de leve mejora respecto al mes anterior. El presidente mantiene un respaldo especialmente alto entre los hombres, donde casi seis de cada diez consultados expresan una opinión favorable, mientras que entre las mujeres la imagen positiva desciende al 41%.

En el gabinete, Patricia Bullrich se destaca como la figura oficialista con mejor imagen después de Milei, alcanzando un 48% de valoración positiva. El ministro de Economía, Luis Caputo, también muestra una mejora en su imagen, situándose en 43% de positiva. Por el lado de la oposición, Axel Kicillof lidera con un 44% de imagen positiva, superando a otros referentes como Cristina Kirchner y Sergio Massa.

El año político estuvo marcado por una fuerte polarización y por la victoria oficialista en las elecciones legislativas de octubre, lo que contribuyó a estabilizar la percepción pública del gobierno. Sin embargo, la mayoría de los líderes políticos, tanto oficialistas como opositores, presentan un saldo negativo en sus valoraciones, reflejando el clima crítico hacia la dirigencia en general.

Las expectativas de la ciudadanía se encuentran divididas: mientras un 45% considera que la situación del país mejorará en el próximo año, un 46% opina lo contrario. Analistas coinciden en que el "mileísmo" se consolida como una fuerza política perdurable, aunque persisten interrogantes sobre el impacto de sus políticas en la democracia y la economía argentina. El oficialismo destaca el apoyo social como un activo clave, mientras que sectores opositores advierten sobre riesgos institucionales y el aumento de la desigualdad. El escenario político argentino sigue caracterizándose por la polarización y la búsqueda de estabilidad en un contexto de desafíos económicos y sociales.