La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) llevó adelante este martes un paro nacional en rechazo a la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier Milei. La medida, que incluyó movilizaciones y cortes en distintos puntos del país, tuvo su epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, donde los trabajadores estatales marcharon hacia el Congreso para exigir la reapertura de paritarias y una recomposición salarial de emergencia.

El Ejecutivo confirmó que descontará el día a todos los empleados estatales que adhieran al paro, en una decisión que busca desalentar la protesta. "Intentarán imponer una reforma regresiva, pero esta vez el único responsable no será Milei. Los gobernadores son partícipes necesarios del mayor ataque en democracia a todos los derechos laborales", afirmó Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, quien también advirtió sobre posibles movilizaciones en las provincias cuyos mandatarios apoyen el proyecto oficial.

En Bariloche, la adhesión de los porteros al paro interrumpió la actividad escolar en la última semana del ciclo lectivo, mientras que en los puentes carreteros que unen Neuquén y Cipolletti se registraron cortes intermitentes y demoras en el tránsito. Gendarmería Nacional desplegó un operativo de seguridad bajo el protocolo antipiquetes.

El reclamo sindical se centra en el rechazo al recorte del 10% de la planta estatal, que afectaría a organismos descentralizados como la Oficina Anticorrupción, Indec, Conicet, entre otros. Además, ATE denuncia una pérdida de más del 33% del poder adquisitivo de los trabajadores estatales en los últimos 23 meses y exige la reapertura inmediata de paritarias.

La fecha del paro coincide con el envío del proyecto de reforma laboral al Congreso, en el marco de las sesiones extraordinarias convocadas por el Ejecutivo. Otras agrupaciones, como la Unidad Piquetera y UTEP, se sumaron a la jornada de protesta con cortes y ollas populares en diferentes puntos de la Capital Federal.

El Gobierno sostiene que la reforma busca mejorar la competitividad y la productividad, mientras que desde el gremio la califican de "regresiva" y advierten que no contribuirá al crecimiento económico ni a la creación de empleo. El conflicto evidencia la tensión entre el Ejecutivo y los sindicatos estatales, y anticipa nuevas jornadas de protesta si no se atienden los reclamos sectoriales.