El 9 de diciembre de 1985, la Argentina vivió uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente: la sentencia del Juicio a las Juntas Militares. A cuarenta años de aquel fallo, el país recuerda el proceso que condenó a los principales responsables de la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983, marcando un hito en la justicia y la política nacional.

El juicio, impulsado por el presidente Raúl Alfonsín, fue posible tras la modificación del Código de Justicia Militar y la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), cuyo informe "Nunca Más" sirvió de base probatoria. Las audiencias, iniciadas el 22 de abril de 1985, se extendieron por 33 semanas y contaron con la declaración de 833 testigos, entre ellos víctimas, familiares, militares y periodistas. El proceso se desarrolló en un clima de amenazas, atentados y presiones sociales, pero logró mantener su carácter público y oral, con transmisión limitada por televisión.

La sentencia, firmada por los jueces León Carlos Arslanian, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y Andrés D’Alessio, condenó a Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera a reclusión perpetua, mientras que Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Orlando Ramón Agosti recibieron penas menores. Cuatro excomandantes fueron absueltos por falta de pruebas. El tribunal estableció que los comandantes, pese a contar con instrumentos legales, optaron por procedimientos clandestinos e ilegales, ordenando además investigar a otros responsables operativos.

El fiscal Julio César Strassera, en su alegato final, resumió el sentido histórico del proceso: “A partir de este juicio y de la condena que propugno nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la memoria, no en la violencia, sino en la justicia. Esta es nuestra oportunidad y quizá sea la última”. Cerró con la frase que se convirtió en símbolo nacional: “Señores jueces: ‘Nunca más’”.

El Juicio a las Juntas fue el primer proceso en el que la justicia civil argentina condenó a militares por crímenes cometidos durante una dictadura, sentando un precedente internacional. La sentencia fue reconocida mundialmente y el archivo audiovisual del juicio fue resguardado en Noruega para evitar su destrucción. El proceso consolidó la democracia argentina y se transformó en un emblema de la lucha por los derechos humanos, aunque recibió críticas por las absoluciones y la magnitud de las penas.

A cuatro décadas, el Juicio a las Juntas sigue siendo un referente de memoria, justicia y democracia, con homenajes a los jueces y fiscales que protagonizaron este capítulo fundamental de la historia argentina.