El ingreso de un frente frío desde el sur del país ha generado un brusco cambio en las condiciones meteorológicas en varias provincias argentinas, según informaron el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y observatorios locales. Desde la noche del miércoles 15 y durante el jueves 16 de octubre, se esperan ráfagas de viento de hasta 69 km/h en Córdoba y hasta 75 km/h en regiones como San Luis, Catamarca y el sur de La Rioja, además de lluvias dispersas y tormentas de variada intensidad.

El SMN emitió una alerta amarilla para Córdoba, Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Chubut, Mendoza, San Luis y Neuquén, advirtiendo sobre "posibles fenómenos meteorológicos con capacidad de daño y riesgo de interrupción momentánea de actividades cotidianas". En Córdoba, el Observatorio Hidro-meteorológico prevé que el fenómeno se extienda hasta el viernes 17, con temperaturas máximas de 30°C y mínimas de 16°C, y una probabilidad de precipitaciones entre el 10% y el 40%.

En Buenos Aires, el frente frío provocará lluvias aisladas en la noche del miércoles, especialmente en la Costa Atlántica y Mar del Plata, aunque sin relevancia meteorológica significativa. Para el viernes, se anticipa un descenso marcado de la temperatura y lluvias dispersas en el AMBA y CABA, sin alerta meteorológica en la zona.

En el centro y norte del país, el avance del sistema frontal generará inestabilidad, con lluvias débiles y dispersas en San Luis, Córdoba, Santa Fe, el norte bonaerense y sectores de Entre Ríos. El núcleo principal de actividad se concentrará en el noreste argentino, donde provincias como Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones podrían registrar tormentas localmente intensas.

Las autoridades municipales, como las de Córdoba y Villa María, han recomendado a la población asegurar objetos que puedan ser desplazados por el viento, circular con precaución y seguir las indicaciones oficiales. "Estas condiciones podrían ocasionar disminución de visibilidad por polvo y calzadas resbaladizas", advirtió la Junta de Defensa Civil de Villa María.

Se espera que la inestabilidad disminuya progresivamente hacia el fin de semana, con el alejamiento del sistema frontal hacia Brasil y el retorno de cielos despejados y temperaturas más moderadas. El monitoreo constante de los organismos meteorológicos y la difusión de alertas buscan minimizar los riesgos para la sociedad y los bienes materiales, en un contexto de creciente variabilidad climática en la región.