A veinte años del pago total de la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional, la decisión tomada por el entonces presidente Néstor Kirchner vuelve a ocupar el centro del debate público. El 15 de diciembre de 2005, Kirchner anunció la cancelación anticipada de la deuda de 9.810 millones de dólares, una medida que fue presentada como un acto de soberanía y autonomía económica.

La operación fue posible gracias a la acumulación de reservas internacionales tras el crecimiento económico que siguió a la crisis de 2001. El pago, coordinado con Brasil, fue defendido por el gobierno como una estrategia regional para cortar la dependencia de los condicionamientos del FMI. “No fue de un día para el otro cuando el presidente se levantó y dijo ‘vamos a pagarle al Fondo’”, recordó la exministra de Economía Felisa Miceli, subrayando que se trató de un proceso planificado y ejecutado con el objetivo de recuperar la capacidad de decisión nacional.

En su momento, la medida fue celebrada por amplios sectores políticos y sociales, aunque también recibió críticas por el uso de reservas y el costo financiero. Sin embargo, las predicciones de crisis cambiaria o pérdida de reservas no se materializaron. “Decían que rifábamos las reservas y que el dólar se iba a las nubes, y nada de eso ocurrió”, afirmó Miceli. El gobierno defendió la decisión como un “buen negocio financiero” y un paso fundamental hacia la independencia económica.

El contexto de la cancelación estuvo marcado por la pesada herencia de endeudamiento acumulada en las décadas previas y la supervisión directa del FMI sobre la política económica argentina. El pago puso fin a esa injerencia y se convirtió en un símbolo identitario para el kirchnerismo y el peronismo, que lo reivindican como un hito en la historia reciente del país.

Con el paso del tiempo, y especialmente tras el regreso al FMI en 2018 bajo el gobierno de Mauricio Macri, el debate sobre la autonomía financiera y el sentido político de la medida se reavivó. Sectores críticos desde la derecha y la ultraderecha cuestionan el impacto real del pago y señalan nuevas formas de dependencia financiera. No obstante, el aniversario del pago al FMI sigue siendo un punto de confluencia dentro del peronismo, que lo recuerda como uno de los momentos fundacionales del proyecto iniciado por Néstor Kirchner en 2003.

El episodio continúa alimentando discusiones sobre la sostenibilidad de la deuda, la autonomía económica y el rumbo de la política argentina, dos décadas después de aquel anuncio que marcó un antes y un después en la relación del país con el FMI.