A dos años de la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, el país atraviesa una etapa de consolidación macroeconómica y reformas estructurales que han marcado el rumbo político y social. El gobierno, encabezado por Milei y su gabinete, destaca la reducción de la inflación, que pasó de un 211% anual en 2023 a un 24,8% en 2025, y la obtención de superávit fiscal por primera vez en más de un siglo, con cifras de 1,8% en 2024 y 1,5% en 2025, según datos oficiales.

La administración libertaria implementó el denominado "Plan Motosierra", orientado a recortar el gasto público y reducir el tamaño del Estado. Este proceso incluyó la privatización de empresas estatales, la eliminación de ministerios y la aprobación de reformas laborales y fiscales. En materia de seguridad, el gobierno reporta una reducción significativa de piquetes y protestas, así como una baja del 11,5% en los homicidios durante 2024. Además, se destaca la alineación internacional con Estados Unidos, que se tradujo en acuerdos de inversión y asistencia financiera, incluyendo dos salvatajes internacionales: uno del FMI y otro del Tesoro estadounidense.

Sin embargo, el impacto social de las medidas económicas genera controversia. Si bien la pobreza descendió del 52,9% al 31,6% según el INDEC, persisten problemas de desempleo y recesión, y sectores como salud, educación y jubilados expresan su descontento por el ajuste. Los escándalos de corrupción y las tensiones con sindicatos y gobernadores han marcado la agenda política, dificultando la negociación de reformas clave en el Congreso.

El balance de promesas de campaña muestra avances en la mitad de los compromisos asumidos por Milei, superando los registros de sus predecesores, Mauricio Macri y Alberto Fernández. No obstante, la falta de consenso parlamentario y la resistencia de la oposición ralentizan la implementación de reformas estructurales, como la modernización laboral y la reforma previsional.

En el plano político, Milei logró ratificar su liderazgo en las elecciones legislativas de octubre, aunque con un margen menor al obtenido en 2023. El oficialismo, en alianza con el PRO, proyecta nuevas reformas y busca consolidar políticas de Estado que trasciendan su mandato. Las perspectivas para los próximos dos años dependerán de la capacidad del gobierno para equilibrar sus ambiciones reformistas con las demandas sociales y políticas, en un contexto de creciente polarización y desafíos económicos.