Una docente de Buenos Aires es intensamente buscada por la justicia argentina e Interpol tras ser acusada de múltiples estafas a colegas y allegados. Julieta G., de 31 años, habría robado más de tres millones de pesos en menos de una semana antes de huir a Europa a mediados de 2024. Desde entonces, la acusada ha documentado su recorrido por varias ciudades europeas en redes sociales, mientras pesa sobre ella una orden de captura internacional.

La investigación comenzó cuando varias maestras de un jardín de infantes del barrio porteño de Boedo denunciaron haber sido víctimas de robos mediante el uso indebido de sus tarjetas. El fiscal Miguel Ángel Kessler, titular de la Fiscalía PCyF N° 5 Especializada en Ciberfraudes, tomó el caso y detectó al menos 105 compras fraudulentas, incluyendo gastos en supermercados, ópticas y plataformas de juego online. El pasaje de Julieta a Europa también habría sido adquirido con fondos sustraídos.

A medida que el caso se hizo público, más personas reconocieron el modus operandi y sumaron denuncias, incluyendo ex amigas y familiares de la acusada. En total, ya son más de ocho las víctimas identificadas. “Además de ladrona era perversa”, relató una de las damnificadas, recordando cómo la acusada ostentaba bienes comprados con dinero ajeno.

Durante la investigación, se descubrió que parte del dinero fue transferido a cuentas bancarias asociadas a los padres de Julieta. El padre de la sospechosa fue imputado formalmente por defraudación mediante uso de tarjeta magnética y, tras admitir su participación en 22 hechos, firmó un acuerdo para restituir más de 1.200.000 pesos a las víctimas.

La causa sigue bajo la supervisión de la Fiscalía Especializada en Ciberfraudes, que continúa recabando pruebas y espera dar con Julieta para imputarla formalmente. El caso ha generado preocupación sobre la seguridad en el ámbito educativo y la efectividad de los controles para prevenir fraudes similares en el futuro.