Un niño de cuatro años murió asfixiado en la localidad bonaerense de Moreno, y su padrastro confesó el crimen ante las autoridades. El hecho ocurrió el sábado por la mañana, cuando Cristian Deivy Torrico Mendoza, de 30 años, llevó al pequeño Sebastián Emanuel Yafrate al hospital Mariano y Luciano de la Vega, alegando que el niño había sufrido una muerte súbita. Sin embargo, los médicos detectaron lesiones compatibles con maltrato físico y alertaron a la policía.

La investigación, a cargo de la UFI N°4 de Moreno–General Rodríguez, se intensificó tras las contradicciones en los relatos del padrastro y la madre, Florencia Yafrate, de 25 años. Ante la presión de los investigadores, Torrico Mendoza admitió haber asfixiado al niño, lo que derivó en su inmediata detención bajo la acusación de "homicidio agravado". La autopsia confirmó que la causa de la muerte fue asfixia mecánica por obstrucción, y se constató la presencia de lesiones previas en el cuerpo del menor.

Imágenes de cámaras de seguridad mostraron al acusado saliendo de la vivienda con el niño en brazos, envuelto en una sábana, y dirigiéndose primero a una sala de primeros auxilios y luego al hospital. La madre del niño declaró que su hijo le había manifestado en varias ocasiones que era golpeado por su padrastro, aunque no existían denuncias formales previas por violencia familiar.

El fiscal Bornia y el fiscal Soñora investigan ahora los antecedentes de violencia y posibles omisiones por parte del entorno familiar e institucional. Testigos indicaron que el niño había sido visto con lesiones días antes de su muerte. El caso ha generado conmoción en la comunidad y reabre el debate sobre la protección de menores y la intervención temprana en situaciones de violencia intrafamiliar.

La madre permanece a disposición de la Justicia para ampliar su declaración, mientras que Torrico Mendoza enfrenta una posible condena a prisión perpetua. Las autoridades buscan reconstruir los episodios previos y determinar si hubo responsabilidades compartidas en el entorno del niño. El caso se suma a otros hechos recientes de violencia familiar en el país, poniendo en foco la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y denuncia.