El Gobierno argentino dio un paso decisivo en la modernización de la Vía Navegable Troncal, conocida como la Hidrovía, al publicar el pliego para la licitación internacional del dragado, balizamiento y cobro de peajes. El nuevo proceso, que excluye expresamente a empresas controladas por Estados extranjeros —con especial énfasis en las firmas chinas—, fue respaldado técnica y jurídicamente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que auditará cada etapa para garantizar transparencia y competencia.

La licitación, que abarca desde el kilómetro 1238 del Río Paraná hasta la zona de aguas profundas del Río de la Plata, es considerada una de las más relevantes para el comercio exterior argentino. El pliego establece que solo podrán participar empresas privadas con experiencia comprobable en obras de dragado y balizamiento, elevando los requisitos técnicos y excluyendo a aquellas bajo control estatal. Esta medida responde a lineamientos de seguridad nacional impulsados por Estados Unidos, que busca limitar la influencia de empresas chinas en infraestructuras estratégicas de la región.

El proceso incluye una instancia participativa de diez días para que empresas, provincias y usuarios presenten observaciones y sugerencias. Una vez finalizado este plazo, la Agencia Nacional de Puertos y Navegación elaborará un informe final antes de lanzar la licitación definitiva. El sector privado, representado por la Unión Industrial Argentina, la Bolsa de Comercio de Rosario y cámaras portuarias, expresó su respaldo al proceso, destacando la transparencia y la previsibilidad que aporta la supervisión internacional.

Entre las novedades, el Estado asumirá los costos de seguridad y monitoreo, mientras que el concesionario se encargará de la operación y el mantenimiento, con un sistema de peajes en dólares y mecanismos de cobranza más estrictos. El pliego también prevé la posibilidad de renegociar condiciones contractuales ante situaciones imprevistas, siguiendo recomendaciones de la ONU.

El alineamiento geopolítico con Estados Unidos y la exclusión de China han generado críticas de sectores que advierten sobre una posible pérdida de soberanía y dependencia de intereses externos. Sin embargo, el Gobierno sostiene que la medida busca garantizar la transparencia, la competencia y la modernización de una vía clave para la economía argentina. Se espera que la compulsa final enfrente a empresas europeas y estadounidenses, consolidando un nuevo mapa de proveedores para la principal ruta de exportación del país.