La creciente ola de robos en Mar del Plata ha llevado a un número cada vez mayor de vecinos a optar por la instalación de cercos eléctricos en sus viviendas como medida de protección. Según representantes de empresas del sector, la demanda de estos sistemas ha aumentado notablemente en los últimos años, impulsada tanto por la difusión de su eficacia como por la necesidad de reforzar la seguridad perimetral ante la inseguridad reinante.

Matías Orzatti, de la firma Cercos ElectroMDQ, explicó que "la gente lo empezó a conocer más y se va inclinando a proteger su hogar". El sistema, que puede instalarse de manera preventiva o tras haber sufrido un hecho de inseguridad, requiere que los muros o medianeras tengan al menos dos metros de altura para su correcta colocación. "Es 100% recomendable siempre que se busque seguridad perimetral", aseguró Orzatti.

Una de las principales dudas de los usuarios es la letalidad del sistema. Al respecto, los especialistas aclaran que los cercos eléctricos no son letales si se instalan profesionalmente y se respetan las normas de seguridad. "El poder de disuasión es visual, es algo que se ve que está colocado. En el caso de querer ingresar y tocar los alambres, genera un choque eléctrico de 18.000 voltios, que no es letal pero sí lo suficientemente fuerte para hacer desistir a cualquier intento", detalló Orzatti.

El costo de instalación para un frente de 10 metros lineales oscila entre $450.000 y $500.000, y el trabajo suele completarse en uno o dos días. Además, el sistema es compatible con otras tecnologías de seguridad, como cámaras y cerraduras inteligentes, e incluye alarmas que notifican al celular si se detecta un corte en el alambre o un contacto sostenido.

La tendencia a instalar cercos eléctricos refleja la preocupación de los vecinos de Mar del Plata por la seguridad y la búsqueda de soluciones efectivas ante el aumento de los robos. Especialistas y empresas del sector insisten en la importancia de la instalación profesional para garantizar la eficacia y evitar riesgos, subrayando que no se han reportado incidentes letales cuando se cumplen las normas. El fenómeno se enmarca en un contexto de creciente demanda de sistemas de seguridad integrados en zonas urbanas argentinas.