El femicidio de Débora Damaris Bulacio Del Valle en Necochea ha generado conmoción y repudio en la sociedad argentina. La mujer, de 39 años, fue hallada asesinada y enterrada cerca del lago de los Cisnes, tras una intensa búsqueda que involucró a más de cien agentes y el uso de tecnología como drones y cámaras de seguridad. Su pareja, Ángel Andrés Gutiérrez, fue detenido e imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.

Según la reconstrucción de los hechos, Débora y Gutiérrez llegaron al camping Miguel Lillo el jueves para pasar unos días juntos. El sábado por la noche, testigos reportaron una fuerte discusión entre ambos. La última comunicación de Débora con su familia fue un mensaje a uno de sus hijos, en el que relataba haber sido golpeada por su pareja. El domingo, el sereno del camping notó la ausencia de Débora y la presencia solitaria de Gutiérrez, lo que motivó la denuncia y el inicio de un operativo de búsqueda.

Las cámaras de seguridad resultaron determinantes: registraron a Gutiérrez arrastrando un bulto en la madrugada, que luego se confirmó era el cuerpo de Débora. El acusado intentó dispersar prendas de la víctima y realizar llamadas desde su teléfono al celular de Débora para simular que seguía viva. Finalmente, fue detenido cuando intentaba abandonar Necochea haciendo dedo en la ruta.

La autopsia preliminar reveló que Débora fue estrangulada y golpeada, presentando lesiones defensivas que sugieren un forcejeo previo. Gutiérrez, quien tenía antecedentes de violencia de género con otras parejas, se negó a declarar y a someterse a pericias psiquiátricas. La fiscalía, a cargo de Walter Pierrestegui, logró reunir pruebas sólidas, incluyendo registros de cámaras, testimonios y evidencia forense.

La familia de Débora, profundamente afectada, exige justicia y destaca la importancia de la investigación. La madre de la víctima compartió una carta emotiva en redes sociales, recordando a su hija y reclamando que se esclarezca el caso. El femicidio de Débora Bulacio se suma a otros hechos similares en la región, generando preocupación y llamados a reforzar las políticas de protección contra la violencia de género. El caso continúa bajo investigación y ha puesto en foco la necesidad de respuestas institucionales ante estos crímenes.