La Fuerza Aérea Argentina recibió los primeros seis cazas F-16 Fighting Falcon, marcando un hito en la modernización de la defensa nacional. Las aeronaves, parte de un acuerdo con Dinamarca por 24 unidades y un paquete de apoyo logístico, arribaron al país tras un extenso vuelo ferry que incluyó escalas en España, las Islas Canarias y Brasil, con apoyo de reabastecimiento estadounidense. El acto de recepción en Río Cuarto fue encabezado por el presidente Javier Milei, quien destacó la recuperación de la capacidad supersónica perdida en 2015 y calificó la adquisición como "un salto histórico para la Fuerza Aérea".

El contrato, firmado en abril de 2024, contempla una inversión de aproximadamente 300 millones de dólares, además de la modernización de infraestructura en bases como Río Cuarto y Tandil. El acuerdo incluye entrenamiento para pilotos y técnicos, simuladores avanzados y soporte de mantenimiento, con el objetivo de garantizar la operatividad de los F-16 en el mediano plazo. "Con este sistema de armas estamos dando un verdadero salto tecnológico", afirmó el exministro de Defensa Luis Petri durante la ceremonia de presentación.

Sin embargo, la operación generó un intenso debate político y técnico. Críticos señalan que los aviones, aunque modernizados, son de segunda mano y presentan limitaciones para operar en escenarios como las Islas Malvinas, además de requerir inversiones adicionales en logística y mantenimiento. Comparaciones con compras similares en otros países, como Rumania, que adquirió F-16 a precios simbólicos, alimentaron la polémica sobre el costo y la utilidad de la operación.

Expertos en defensa y exfuncionarios destacan la importancia de recuperar la capacidad de disuasión y vigilancia aérea, pero advierten sobre la necesidad de sostener el esfuerzo presupuestario y técnico para mantener los aviones operativos. El piloto danés Troels Vang, comandante de la misión de traslado, elogió la pasión y el profesionalismo de la Fuerza Aérea Argentina, subrayando la cooperación internacional que hizo posible la llegada de los F-16.

El debate sobre la conveniencia y el impacto estratégico de la compra continúa, mientras la Fuerza Aérea inicia una nueva etapa de entrenamiento y adaptación tecnológica, con la mirada puesta en fortalecer la defensa y la soberanía nacional.