El escándalo que involucra a José Luis Espert, principal candidato a diputado nacional de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires, y su vínculo con Federico “Fred” Machado, empresario acusado de narcotráfico, ha generado una de las crisis políticas más profundas del actual gobierno. La revelación de una transferencia de USD 200.000 de Machado a Espert, sumada a la difusión de videos y documentos bancarios, desató una ola de cuestionamientos internos y externos que puso en jaque la campaña de La Libertad Avanza (LLA).

La situación se agravó cuando, pese a la presión de ministros, aliados y figuras clave del oficialismo, el presidente Milei decidió sostener la candidatura de Espert. “No hay nada probado contra José Luis. No lo voy a entregar porque sería como declararlo culpable”, afirmó el mandatario en reuniones de crisis en Olivos, donde se debatió intensamente la conveniencia de apartar al economista de la lista. La decisión de Milei generó malestar en sectores del PRO, en la ministra Patricia Bullrich y en otros funcionarios, quienes consideran que el caso afecta gravemente la imagen de transparencia del Gobierno.

El escándalo se produce en un contexto de alta volatilidad política y económica. El oficialismo ya venía golpeado por otros episodios de corrupción y descoordinación, como el caso $Libra y los audios de Spagnuolo. La imposibilidad técnica de retirar a Espert de la boleta electoral, debido al sistema de Boleta Única de Papel, complica aún más la estrategia de campaña, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde el impacto electoral podría ser decisivo.

La oposición, por su parte, prepara acciones en el Congreso para desplazar a Espert de la presidencia de la Comisión de Presupuesto, mientras que empresarios y aliados muestran creciente preocupación por la falta de respuestas claras y la gestión de la crisis. “Nos estamos conduciendo directo al precipicio”, confesó un funcionario del entorno presidencial.

En paralelo, el Gobierno enfrenta negociaciones económicas cruciales con Estados Unidos y el FMI, en busca de apoyo financiero para estabilizar la situación antes de las elecciones. Sin embargo, la crisis política y la desconfianza social generadas por el caso Espert amenazan con debilitar aún más la posición del oficialismo y su discurso anticorrupción. A medida que se acercan los comicios, la pregunta sobre la protección de Milei a Espert y la transparencia en el manejo de la crisis se instala en el centro del debate público, profundizando la incertidumbre sobre el futuro político del país.