Un estudio realizado durante diez años por el Intergrupo Latinoamericano de Oncología Gastrointestinal (Ilogi) ha permitido elaborar el registro más completo hasta la fecha sobre el cáncer de vías biliares en Argentina. Analizando 928 casos en 20 centros oncológicos públicos y privados, la investigación revela patrones geográficos, factores de riesgo y demoras en el diagnóstico de estos tumores, que, aunque poco frecuentes, presentan una alta letalidad.

El cáncer de vesícula biliar resultó ser el tumor digestivo más común entre los casos analizados, con una carga especialmente alta en el noroeste y suroeste del país. Por su parte, el colangiocarcinoma mostró mayor presencia en las regiones centro y este, lo que sugiere diferencias geográficas dentro del mismo grupo de enfermedades. Uno de los hallazgos más relevantes fue la fuerte asociación entre la litiasis biliar y el desarrollo de cáncer: el 53% de los casos de vesícula biliar y el 20% de los colangiocarcinomas presentaban antecedentes de "piedras" en la vesícula. En el norte argentino, hasta el 80% de la población puede desarrollar litiasis en algún momento de su vida.

El estudio también detectó que el 80% de los pacientes tenía antecedentes familiares de cáncer, lo que sugiere la posible influencia de factores hereditarios. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos se realiza en etapas avanzadas, cuando las opciones terapéuticas son limitadas. Los síntomas más frecuentes incluyen dolor abdominal persistente, pérdida de peso, ictericia y orina oscura, pero la falta de señales claras en las etapas iniciales dificulta la detección temprana.

Especialistas advierten que el acceso a estudios diagnósticos y la consulta oportuna siguen siendo barreras, especialmente en regiones vulnerables. "Lo que aumenta el riesgo no es la intensidad del síntoma, sino su persistencia", explicó el oncólogo Gerardo Arroyo. Por su parte, la oncóloga Carolina Ituarte subrayó la importancia de consultar ante cualquier dolor abdominal persistente.

La presidenta de la Asociación Civil Sostén, María Alejandra Iglesias, destacó que el registro ofrece una herramienta indispensable para orientar políticas públicas y reducir desigualdades. Aunque no es un registro poblacional, la investigación coincide con tendencias internacionales y representa un avance clave para comprender la epidemiología local de estos tumores. Los especialistas coinciden en que la información generada permitirá mejorar la prevención, el diagnóstico temprano y la capacitación de equipos de salud, especialmente en el norte argentino, donde el impacto es mayor.