A menos de tres semanas de las elecciones legislativas, la candidatura de Karen Reichardt como cabeza de lista de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires se ha convertido en el centro de la polémica política. La renuncia de José Luis Espert, tras ser vinculado a un escándalo de financiamiento ilegal relacionado con el narcotráfico, dejó vacante el primer puesto de la lista oficialista. El oficialismo intentó reemplazarlo por Diego Santilli, pero la Justicia Electoral, a través del juez federal Alejo Ramos Padilla, resolvió que el lugar debía ser ocupado por Reichardt, quien figuraba como segunda en la nómina.

Reichardt, exmodelo y vedette conocida en los medios como Karen Reichardt, carece de experiencia política y su designación ha generado críticas tanto dentro como fuera del partido. A la controversia se sumó el hecho de que la candidata no podrá votarse a sí misma, ya que está registrada en el padrón electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y no en la provincia que busca representar. Esta situación reavivó el debate sobre los criterios de selección de candidatos y la representatividad territorial en la política argentina.

El oficialismo, por su parte, expresó su disconformidad con el fallo judicial y anunció que apelará la decisión. Además, ofreció costear la reimpresión de las boletas electorales, que ya habían sido impresas con el nombre de Espert, aunque los tiempos y costos representan un desafío adicional para la campaña. En medio de la crisis, Reichardt ha enfrentado cuestionamientos sobre su preparación, luego de admitir públicamente que desconoce cómo se presenta un proyecto de ley. También denunció una "operación en su contra" por la difusión de antiguos tuits polémicos, algunos de los cuales calificó de falsos.

La provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo perdió frente al kirchnerismo el pasado 7 de septiembre, es clave para el futuro político del Gobierno de Javier Milei. La improvisación en el armado de listas y la falta de experiencia de la nueva candidata han generado incertidumbre y críticas desde distintos sectores. "Pretendo aportar proyectos pensados desde lo humano para contrarrestar la degradación social y cultural", expresó Reichardt en sus redes sociales, defendiendo su candidatura.

El caso de Reichardt ilustra las dificultades y tensiones que atraviesa la campaña oficialista, marcada por cambios abruptos, escándalos y una creciente lógica de espectáculo en la política argentina. A medida que se acercan los comicios, el Gobierno enfrenta el desafío de convencer a los votantes bonaerenses de la legitimidad y capacidad de su nueva representante, en un clima de malestar social y desconfianza.