Un violento episodio de violencia familiar sacudió este fin de semana a la localidad bonaerense de Gerli, partido de Avellaneda. Una niña de 7 años fue brutalmente golpeada por su padrastro, Axel Damián Rivero, de 37 años, quien también agredió a la madre de la menor cuando intentó defenderla. El hecho ocurrió en una vivienda ubicada sobre la calle Gibraltar al 2200, donde la menor se encontraba al cuidado del acusado.

Según fuentes policiales, la madre de la niña regresó a su domicilio y se encontró con una escena desgarradora: su hija presentaba el rostro desfigurado, cortes en los labios, mordeduras en los brazos y múltiples hematomas en el cuerpo. Al intervenir, la mujer también fue atacada por Rivero, pero logró salir de la casa junto a su hija. Los gritos de ambas alertaron a los vecinos, quienes rápidamente se acercaron, persiguieron al agresor cuando intentó huir y lograron interceptarlo en la vía pública. Antes de la llegada de la policía, los vecinos retuvieron y golpearon al acusado, quien fue finalmente trasladado bajo custodia al Hospital Presidente Perón, junto con la niña y su madre, ambas atendidas por personal médico.

La investigación quedó a cargo de la fiscal María Laura Carballal, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°2 especializada en violencia familiar y de género del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús. Rivero será indagado en las próximas horas por el delito de lesiones graves agravadas por el vínculo, aunque la fiscalía no descarta que la acusación pueda agravarse a medida que avancen las pericias médicas y psicológicas. Ya se tomaron declaraciones a la madre de la niña, al personal médico y a los vecinos que participaron en la detención.

El caso generó una fuerte reacción social en Gerli, donde vecinos y allegados de la víctima manifestaron su repudio total al ataque y exigieron medidas urgentes de protección para la madre y la menor. "Podría haber terminado en una tragedia. Actuamos por instinto", expresó uno de los vecinos que participó en la captura. En el barrio crece el reclamo de justicia, contención psicológica para la niña y garantías para que el agresor no recupere la libertad. El episodio se suma a una preocupante tendencia de violencia intrafamiliar en la región, poniendo en foco la necesidad de reforzar los mecanismos de protección y asistencia a las víctimas.