El kinesiólogo Matías Adrián Blanco fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por abuso sexual simple contra tres pacientes mujeres en su consultorio de Cañuelas, Buenos Aires. El fallo, dictado por el Juzgado Correccional Nº 4 de La Plata y la jueza Claudia Greco, también impuso la inhabilitación perpetua para ejercer la kinesiología. Los hechos ocurrieron entre marzo de 2019 y abril de 2021, y la sentencia se basó en la solidez de los testimonios de las víctimas, quienes relataron tocamientos y conductas sexuales no consentidas durante sesiones de tratamiento.

La jueza Greco consideró que los relatos de las víctimas eran "creíbles y verosímiles", ricos en detalles y coherentes, y que no existía ningún móvil espurio que pudiera motivar denuncias falsas. Los informes psicológicos presentados durante el juicio confirmaron que las tres mujeres sufrían daños compatibles con trauma por abuso sexual. Además, familiares y amigos de las víctimas evidenciaron cambios notorios en su comportamiento tras los hechos denunciados.

Durante el proceso, la defensa de Blanco negó todas las acusaciones y argumentó que la distribución física del consultorio hacía imposible la comisión de los hechos, sugiriendo que los roces pudieron ser malinterpretados en el contexto de maniobras profesionales. Presentó testigos que avalaron la reputación profesional del acusado y afirmaron no haber presenciado situaciones irregulares. Sin embargo, la jueza sostuvo que estos testimonios no desvirtuaban la prueba de cargo producida por la acusación.

La fiscal María Victoria Huergo solicitó cinco años de prisión y la detención inmediata de Blanco, pero la jueza resolvió una pena menor y que el condenado permanezca en libertad hasta que la sentencia quede firme, considerando su arraigo y domicilio estable en la comunidad de Cañuelas. La defensa adelantó que apelará el fallo ante la Cámara de Apelación.

El caso, que tomó estado público en 2021 y generó protestas frente al consultorio de Blanco, sienta un precedente sobre la confianza en la relación médico-paciente y la protección de los pacientes en el ámbito de la salud. Las familias de las víctimas valoraron el fallo como un paso reparador y preventivo, mientras que la defensa insiste en la inocencia de Blanco y en la existencia de errores de interpretación. La condena y la inhabilitación profesional solo serán efectivas si la sentencia queda firme en instancias superiores.