El tradicional bar Pan y Manteca, ubicado en la emblemática esquina de Córdoba e Italia en Rosario, cerró sus puertas este lunes tras 27 años de actividad ininterrumpida. La noticia sorprendió a clientes y vecinos, quienes al llegar al local encontraron las persianas bajas y un cartel explicando que el motivo principal del cierre fue la negativa del propietario del inmueble a renovar el contrato de alquiler.

A pesar de su fama y de haber sido punto de encuentro para generaciones de rosarinos, el bar ya venía enfrentando dificultades financieras desde antes de la pandemia. Según fuentes del sector, la propietaria Elina Capdevila había presentado un proceso preventivo de crisis y enfrentaba deudas por casi $18 millones, lo que llevó a la reducción de personal y ajustes salariales. "El local fue desmantelado y agradecemos a la comunidad por el apoyo brindado a lo largo de los años", expresaron los dueños en un mensaje dejado en la puerta.

Pan y Manteca se destacó por su ambiente acogedor y su clientela famosa, entre ellos el entrenador Gerardo “Tata” Martino, lo que le otorgó notoriedad internacional. Sin embargo, ni la popularidad ni el arraigo en la ciudad lograron revertir la complicada situación económica y contractual que enfrentaba el establecimiento.

El cierre de Pan y Manteca marca el fin de una era en el Paseo del Siglo, una zona que ha sido testigo de numerosos cambios en la ciudad. Este hecho se suma a una serie de transformaciones que han afectado a otros bares tradicionales de Rosario, como el reciente cierre de Pasaporte. Los propietarios del bar manifestaron su intención de reabrir en otro local céntrico, aunque aún no hay fecha ni ubicación confirmada.

La comunidad rosarina expresó su tristeza y compartió recuerdos en redes sociales, lamentando la pérdida de un espacio emblemático que formó parte de la vida cotidiana de la ciudad. El cierre refleja una tendencia preocupante en el sector gastronómico local, afectado por la crisis económica nacional y los cambios en los hábitos de consumo. Se espera que en las próximas semanas los dueños brinden más detalles sobre sus planes futuros, mientras Rosario despide a uno de sus bares más icónicos.